El joven Li Niannian, de catorce años, vive en un pequeño pueblo de la sierra china de Balou. Una tarde, después de ponerse el sol, Niannian se da cuenta de que algo insólito está aconteciendo. Los aldeanos van cayendo en un extraño episodio de sonambulismo colectivo, parecen actuar dormidos; uno tras otro.
Un libro con cierto significado político. La laboriosa vida de los aldeanos parece automatizada. ¿Es este el sueño chino? ¿Están listos para abrazar el mundo moderno? ¿Deberían hacerlo? Li Niannian y sus padres dirigen una tienda funeraria. Sus padres crean ofrendas para los muertos y les proporcionan a los fallecidos todo lo que puedan necesitar en la otra vida. Llegan, incluso, a negar los entierros secretos y obligan a incinerar a sus seres queridos. El sol se pone, pero los aldeanos de la ladera de la montaña actúan como si el día todavía estuviese vivo, trabajando, aunque algunos se comportan de manera extraña, revelando deseos que de otra manera nunca habrían llevado a cabo. Algunos confiesan cosas que les han removido la conciencia, se vuelven peligrosos, arriesgan sus vidas. Li Niannian y su familia saben que salvarán a los aldeanos de sí mismos o no quedará nadie al día siguiente, si el sol no ha muerto realmente. ¿Cómo convencer a la gente de que no está realmente despierta? ¿Y si las cosas se vuelven violentas, asesinas? Es interesante pensar en los afectados, su pobreza y cómo la política controla sus vidas, hasta cómo entierran a sus muertos. Los verdaderos sentimientos solo pueden surgir en un estado de sueño de un pueblo reprimido.
Ante los ojos del muchacho, da comienzo un desfile de vecinos que, como víctimas de una extraña epidemia, se levantan en mitad de la oscura noche para entregarse a sus deseos más ocultos y desatar un infierno. Pasan las horas y los saqueos y la violencia se extienden por la región. Los funcionarios y los líderes locales disfrutan del libertinaje, de delirantes fantasías de grandeza, indiferentes a la desdicha del pueblo. La pesadilla terminará cuando llegue la mañana y el sol vuelva a salir, pero el tiempo parece haberse detenido y, a la hora del alba, las tinieblas cubren todavía el cielo hasta donde alcanza la vista.
Yan Lianke nos sumerge en esta historia siniestra y cautivadora en la que acompañamos a Li Niannian, a sus padres, e incluso al propio autor, transformado aquí en personaje, en un intento desesperado por salvar el pueblo del caos y la locura. Este libro hará que muchos se interesen por la cultura asiática. La historia sirve de entretenimiento casi infinito y te obliga a hacerte preguntas que probablemente no querrías abordar de otra manera.
Traducción: Belén Cuadra Mora
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