Las últimas, by Lucía Carballal
Lucía Carballal acaba de publicar Las últimas, que incluye sus últimas obras de teatro: «Los temporales» «Una vida americana», «La resistencia», «Las bárbaras» y «La actriz y la incertidumbre», todo ello con un prólogo de Elena Medel.
Es una nueva apuesta por la recuperación del teatro como género literario, con una mirada caleidoscópica ante el presente, con un un lenguaje cotidiano e íntimo,en definitiva, algo parecido a mirar un álbum de fotos. La autora expone ingenio ante los conflictos morales y las relaciones, ya sean compañeros de trabajo, amigas, familias o una pareja de escritores, sin ofrecer nunca respuestas únicas. Lucía no escribe para mostrarse como la luz a seguir, sería posicionarse gratuitamente y desvirtuar la obra, aunque el lector busque respuestas de verdad sobre determinados temas. Le interesa el psicoanálisis, una herramienta poderosa para descifrar y ordenar la realidad. Otro hilo conductor de todos los textos es que las protagonistas son mujeres, y de paso, se intuye una crítica a la masculinidad clásica.
«Los temporales”, sitúa la acción en una empresa de trabajo temporal. Las jornadas interminables y la dedicación absoluta al trabajo afecta a una de las protagonistas.
En «Una vida americana» se hace un viaje al origen. Paloma y sus dos hijas, Linda y Robin Rose, cruzan el charco para reencontrarse con Warren: el hombre que las abandonó súbitamente y del que solo poseen su apellido.
«La resistencia», con unos diálogos tan ágiles como corrosivos, realiza un estudio exhaustivo del amor y testea su compatibilidad con la falta de admiración, el ego y el paternalismo.
En «Las bárbaras» se produce una colisión entre los valores antiguos y los nuevos, lo que somos y lo que creemos que deberíamos ser o las maneras diferentes de ver el feminismo. Discrepancias que tienen cabida en una sólida amistad.
«La actriz y la incertidumbre», un texto breve sobre el futuro tras la pandemia. El virus obligó a parar el mundo en un confinamiento masivo que afectó a nivel personal y profesional.
La escritura teatral es un terreno infinito, nunca termina. Una puesta en escena es una respuesta concreta a la pregunta que un texto plantea. No serán las últimas letras que suban a un escenario. ¡Viva el teatro escrito!
