Laurence Anyways
El enfant terrible de Quebec ha vuelto. Con 24 años y tres películas en el currículo (y qué películas), Xavier Dolan va camino de convertirse en el genio más precoz de la historia del cine reciente. Era todavía un adolescente cuando escribió y rodó su ópera prima, “He matado a mi madre“, ovacionada en Cannes y premiadísima alrededor del globo. Luego vino la singular “Los amores imaginarios“, que no dejaba lugar a dudas: el chico tenía talento. Ahora, en la monumental “Laurence Anyways”, no sólo vuelve con su estilo excesivo y visceral, el sublime uso de la música y del slow-motion a lo Kar-Wai, los planos virtuosos y las secuencias antológicas, la temática LGBT, sino que lo eleva a alturas épicas. Suzanne Clément se deja la piel en su papel de Fred, la novia del tío que se descubre mujer, y merecidamente se llevó el premio de mejor actriz en Un certain regard de Cannes. La parafernalia estética de Dolan puede no agradar a los más austeros, pero será del todo imposible quedarse indiferente ante esta grandiosa historia de amor. Y la revolución de Laurence dejará a más de uno pensando en quién es el verdadero hombre de acero de la cartelera.
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