Lo más inquietante de este documental es que lo que se cuenta en él, no parece tan lejano. Superadas las barreras del Gran Hermano, Supervivientes, Perdidos en la tribu o Jersey Shore, ¿por qué no plantear un programa en el que los participantes tengan la opción de torturar a un concursante cada vez que falla una de las preguntas que le hacen? Seguro que a más de un productor de televisión la idea no le suena tan descabellada… Por suerte (y al menos por el momento) este concurso es sólo una ficción creada para realizar un documental sobre los peligros de la obediencia ciega a la autoridad y del poder que la televisión y un público entregado pueden tener sobre la voluntad de las personas. El experimento se basa en el que Stanley Milgram realizó en los años 60 para tratar de entender la obediencia y el sometimiento de la sociedad alemana bajo el dominio nazi. Lo peor de la televisión es que genera obediencia sin necesidad de que existan lazos jerárquicos, dando lugar a una especie de “totalitarismo dulce”. Pensadlo. Y después pasaos por la Filmo a ver este documental que (espero) no os dejará indiferentes.
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