Podríamos ser golfos, perdedores, religiosos o aventureros, daría igual, porque siempre seríamos admirados por ello si es Leonard Cohen quien nos describiera. Y es que él, para quien la palabra es sagrada, diseña con precisión atómica cada sílaba en el espacio-tiempo; resarciéndonos de la miserable y caótica realidad. “Old Ideas”, su duodécimo álbum, nos vuelve a demostrar musicalmente que lo esencial es ajeno a la novedad, que novedad sin esencia es un Iphone listo para tirar a la basura en un par de años, pero que una buena pieza se queda con uno para siempre… como parte de tu ADN. Diez temas que también demuestran que la vigencia no es juventud sino inteligencia, diez temas seguro acompañados de los clásicos que, a muchos, nos han ido acompañando desde antes de que naciéramos. Como él diría: “Amén”.