Aunque quizás el caso más famoso fue el de las baterías de los productos Apple al principio de los años 2000, pocos sabemos que la “obsolescencia programada” es un concepto bastante más antiguo. De hecho, el primer objeto afectado fue la bombilla incandescente ya que uno de los primeros prototipos desarrollados lleva funcionando desde 1901, y a pesar de esta formidable durascencia, todos hemos tenido que cambiar alguna bombilla en casa alguna vez.
Hoy en día la sociedad de consumo está completamente basada en este concepto. ¿Pero sólo es aplicable a los electrodomésticos o también a las personas? En su obra Obsolescencia programada, la autora Anna Maria Ricart Codina nos ofrece una reflexión sobre la situación de esas mujeres que ya han entrado en una franja de edad en la cual no pueden tener hijos por razones biológicas y que, como si de una lavadora estropeada tratase, ya no son útiles ni deseables según la lógica de la sociedad de consumo. Así mismo, la obra se centra en la figura de una mujer que cercana a la cincuentena y que entra en una tienda de electrodomésticos. Parece que quiera comprar una lavadora, pero después de entrar y salir varias veces de la tienda sin comprar, a la tercera entra con una maleta, una silla plegable y una planta, y anuncia su intención de quedarse ahí 9 meses. Empieza entonces una relación particular entre la protagonista, la dependienta y un visitante habitual de la tienda, interpretados por Victòria Pagès, Gemma Martínez y Albert Triola.
Un viaje a través de los sueños no cumplidos bajo la dirección de Mònica Bofill. ¡Imperdible!
Por: Astrid Jacomme
Precios: De 10€ a 20€
Hora: De mie. a dom. diferentes horarios. Hasta el 10 de Abr.
Lugar: Sala Beckett, Pere IV, 228-232