Pequeña teología de la lentitud
José Tolentino es vicerrector de la Universidad Católica Portuguesa y miembro del Consejo Pontificio para la Cultura en el Vaticano. Pero en el ensayo Pequeña teología de la lentitud abandera una posición neutral, alejada del punto de vista religioso, donde nos propone una mirada crítica a la forma de vida apresurada y remota que nos invade en cada instante.
A través de diecisiete capítulos dedicados al arte de la vida, nos introduce en diversas actitudes que nos pueden ayudar a trazar líneas en nuestras vidas, más cercanas a un modo de vida con más sentido y profundidad. Hay muchos momentos en este viaje que necesitan ser vividos con lentitud
“Todo transcurre a un galope ruidoso, vehemente y efímero. Realmente, la velocidad a la que vivimos nos impide vivir. Pasamos por las cosas sin habitarlas, hablamos con los demás sin escucharlos, reunimos información que no llegaremos a profundizar”
El libro se divide en artes: el arte del perdón, el arte de esperar, el arte de la felicidad, el arte de contemplar la vida, el arte de la muerte; por citar algunos, que conforman un mensaje reflexivo profundo sobre nuestro estilo de vida actual. El ritmo de las actividades convertido en algo fiero e inhumano, donde solo importan los resultados. No hay tiempo que perder, el ritmo de lo cotidiano es frenético: preparados, listos, ¡ya!
Deberíamos reflexionar sobre lo que vamos desaprovechando, sobre lo que se va quedando a la zaga, implícito o en silencio, sobre lo que dejamos de saber cuando permitimos que la velocidad nos condicione. Que el tiempo no se estira y es breve, debemos aprender a sacarle el mayor provecho posible. Hoy en día es indispensable aprender a gestionarlo. Invertirlo en lo que realmente nos une, nos regenera, nos nutre, y no únicamente en lo que nos entretiene y distrae. Precisamos de una lentitud que nos proteja de los arrebatos, de los gestos empeñados en generar actos compulsivos, de las palabras vacías y anodinas. La pausa como camino a seguir.
Traducción: Teresa Matarranz
Editorial: Fragmenta
