“La clausura de la representación”: así tituló el filósofo francés Jacques Derrida a un artículo que dedicó a la obra de Antonin Artaud, uno de los creadores más controvertidos e irredimibles del siglo XX. Dramaturgo, poeta, teórico teatral, actor, cineasta y ensayista, todo y nada de eso a la vez, Artaud, que no concebía “una obra separada de la vida”, radicalizó el impulso romántico que subyace a la expresión artística de las vanguardias y lo llevó a un extremo casi irrespirable, al espacio de un ahogo, a un repliegue visceral y a una perplejidad permanente. Porque Artaud no escribía literatura, no hacía teatro: pretendía borrar, o borraba, más bien, en acto, con su mera existencia, con el grito que era, en última instancia, su propia obra, toda delimitación metafísica, todo concepto impostado, poniendo el dolor del cuerpo y el alarido de lo material en el centro del paisaje, y erotizando también el horror de lo que significa ser un cuerpo, sufrir, tener voz o formular cualquier pensamiento. Nadie sale indemne de la lectura o el contacto con Artaud, porque sacude y drena inevitablemente, desde un lugar intestino, todos los cimientos sobre los que se construyen nuestras inveteradas certezas. De ahí que sea arriesgado acercarse a la obra artaudiana y rescatar la violencia de su “teatro de la crueldad”, un teatro que transciende y clausura, como decía Derrida, la representación entendida como espectáculo o como superficie, porque pone en circulación todas las fuerzas abisales de la vida. Y ese riesgo es la apuesta que la ya veterana compañía teatral KADDISH plantea en La Seca- Espai Brossa durante este mes de abril, atreviéndose a recrear en escena la pieza radiofónica Per acabar amb el judici de Déu (1947) en forma de acción sonora (palabras y música) y de movimiento (danza), y grabando, además, cada sesión con intención de ofrecerla a las emisoras de radio para que la retransmitan.
La KADDISH nos lanza en pleno rostro la virulencia del teatro de Artaud y traslada al plano físico los espasmos reales y metafóricos de una obra que fue censurada en el momento de su emisión. Además de ello, la compañía ha querido abrir la posibilidad de construir también un diálogo con el público tras los pases, debatir sobre la actualidad o no del autor y de la propia pieza breve y los interrogantes que despierta su representabilidad. Una propuesta que, como la obra del mismo Antonin Artaud, pretende formar nudos también fuera de cuadro e inundar, zarandear y golpear al espectador más allá del propio espacio escénico.
Por: lecool-admin
Precios: Entre 10€ y 17€
Hora: De mie. a sáb. 20h y dom. a las 18h (hasta el 29 de Abr.)
Lugar: La Seca - Espai Brossa, c/ Flassaders, 40
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