Arranca la temporada estival y, como cada año, a muchos se les olvida que las playas, además de ser refrescantes oasis para todos, lugares de encuentro con amigos, espacios para practicar deporte, y mil cosas más… Las playas, queridos amigos, son espacios naturales que debemos proteger. Da pena y rabia ver cómo quedan tras un botellón por la noche. Da pena y rabia ver a la gente enterrar las colillas, dejar restos de envases y plásticos.
¿Os imagináis un verano sin playas? Pues para poder seguir disfrutándolas, debemos poner nuestra atención y esfuerzos en cuidarlas y protegerlas. Este año, el impacto del temporal Gloria se ha hecho evidente en las playas de Barcelona, ya que estas no han podido recuperar el volumen de arena que tenían. El Ayuntamiento de Barcelona ha puesto en marcha distintas medidas para que este verano cuidemos entre todos un poco más nuestro paraíso. Es muy urgente concienciarnos de que hay que establecer un modelo sostenible, para que nuestras playas no desaparezcan en los próximos años. No podemos seguir esperando, hay que actuar.
Para la temporada de baño, el Ayuntamiento de Barcelona ha puesto en marcha las siguientes medidas, entre otras:
– Información sobre la ocupación de las playas y recomendaciones de las medidas de protección para contener la propagación de la covid-19, principalmente mantener la distancia de seguridad y evitar las aglomeraciones.
– Informadores ambientales a pie de playa y servicio de megafonía.
– Refuerzo del servicio de limpieza.
Y una novedad: las playas sin humo. Este año está prohibido fumar en la mitad de las playas de la ciudad: Nova Icària, Nova Mar Bella, Somorrostro y Sant Miquel. Playas libres de humo para evitar así la exposición al humo a no fumadores, niños, mujeres embarazadas, etc. Y, sobre todo, para contribuir a unas playas más limpias y sin colillas en la arena. Además de un problema de salud pública, el consumo de tabaco también es un problema ambiental, dado que cada año unos cinco billones de colillas acaban en el mar, donde liberan contaminantes metálicos que afectan a los organismos marinos y, consecuentemente, a causa de su ingesta, de las personas. Y además, ¡las colillas tardan una década en degradarse!
Las playas son de todos y todas, cuidémoslas. Este verano, ¡nos toca actuar!
Por: Editora Barcelona
Precios: Gratis
Hora: Verano
Lugar: Diferentes sitios, Consulta la programación
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