Sí amigos, yo no voy a Festivales, cada año la misma patraña.
Cuando empieza el mes de mayo me entra la electricidad y me dejo llevar como la primera vez, me vuelvo virgen y joven, estúpidamente, me vuelvo a emocionar. El Primavera Sound fue cuna de indies barceloneses, cuando los bisontes corrían libres por Barcelona, antes de que el festival creciera hasta adquirir dimensiones mastodónticas y nosotros no tuviésemos ojeras ni entradas ni billetes de vuelta de todo. Ahí estaba yo, con mi flequillo insolente, saltando el muro de piedra del Poble Espanyol, corriendo como una loca delante de los guardias de seguridad para empaparme de euforia. Era el principio de los dosmiles y creíamos en los festivales, teníamos fe en la música, esperábamos como agua de mayo ese puente efervescente de cinco días non stop, de reencuentros y pirotecnia musical y amorosa por los atiborrados caminos llenos de gente nueva y de magnéticos desconocidos con los que te saludabas con una sacudida de cabeza sin saber bien por qué.

“¿Te conozco de la música, te conozco de la noche o te conozco de la ciudad?”. Si al principio el festival era un enorme parque de atracciones donde ibas a terminar tonteos en una vorágine de sustancias y alcohol, paseos arriba y abajo y escarceos pseudo sentimentales que culminaban a las seis de la mañana con un filetazo y un ciego cósmico en las desembocaduras del festival, ahora, para los que estamos en la treintena, es un ‘dèjà vu’ continuo de grupos, de gente, de espejismos que se te aparecen en cada esquina -de ti mismo y de un mundo que ya pertenece a la mítica historia de tu ciudad… La canción del verano, la canción de nuestra vida que cantaba Crepus-.

Antes de los guiris, con sus juventudes inofensivas y sus medidas XXL que te tapan la vista al escenario Ray-Ban, antes estábamos nosotros, con los ojos brillantes, desarmados y sudorosos, con nuestra ropa barata y raída sacudiendo la cabeza al rito de Pj Harvey o Sonic Youth. Cada año digo “Yo no voy a Festivales”, pero reboto en el Primavera y ahora más que nunca disfruto en un recogido silencio de los conciertos que antes sonaban de lejos, como banda sonora de una adolescencia tardía.

Este viernes 29 de mayo a las 20h sobre todo voy a ver a Patty, defendiendo su Master Piece “Horses” (Patty, light of my life, fire of my loins).

La musa del punk rock neoyorkino celebra el cuarenta aniversario de “Horses”. Poetisa de vanguardia e histórica forjadora del punk, al que abrió las puertas antes incluso de que este tomara conciencia de su propia existencia, Patti Smith regresa al festival para medirse al disco que la convirtió en leyenda. “Horses”, el debut que marcó a fuego su leyenda y le garantizó una posición privilegiada en la historia del rock, la cantante ha decidido conmemorar la onomástica interpretando en directo y de forma íntegra uno de los hitos de la historia de la música popular. Una oportunidad única para revivir las convulsiones y espasmos eléctricos con los que, de “Gloria” a “Elegy” pasando por “Free Money” y “Break It Up”, Smith cambió la historia acompañada por Lenny Kaye y Jay Dee Daugherty, músicos que aún hoy la acompañan en directo. Un retorno de leyenda que vale el peso de toda una carrera, y que al final, es de los pocos directos que de verdad me apetece saborear.

Entiendo que los festivales han perdido el norte y que lo interesante es, como lo fue en su día, que te descubran cosas, que te arrastren a un universo distinto, emocionante con el búm búm que hace temblar el suelo del Fórum, que te empuja a investigar, a pedir más con las pupilas dilatadas y temblando un poco, quieto y sobrecogido en un escenario excesivo, como rezando, y allí sin poder moverte, sin saber la letra, sin entender cuándo ni dónde acabará la aventura e ignorando cuándo llegará el final, digo “no voy a festivales”. Pero el Primavera sigue siendo el sueño de una noche de verano, mi sueño y el de muchos, que creímos ciegamente en la música, que sigue y seguirá poniendo banda sonora a las noches perfumadas de una alegre juventud.

¿Espejismo? Tal vez, pero ¿qué más da?

P.D. No voy a hacer petulantes selecciones de los mejores grupos, ni subrayaré las minoritarias joyas secretas del cartel, confío en vuestro gusto y apetencias, aquí lo tenéis:

VIERNES 29
Parc del Fòrum: alt-J • Ariel Pink • Belle & Sebastian • The Church • Damien Rice • Death From Above 1979 • Disappears • Dixon • Earth • Ex Hex • Fumaça Preta • Greylag • The Hotelier • Jon Hopkins • José González • The Juan MacLean • Julian Casablancas+The Voidz • The Julie Ruin • The KVB • Marc Piñol • Marc Ribot’s Ceramic Dog • Miquel Serra • Movement • The New Pornographers • Núria Graham • Pallbearer • Patti Smith & Band perform Horses • Perfume Genius • Pharmakon • Ride • Rocío Márquez • Run The Jewels • Shabazz Palaces • Sleater-Kinney • The Soft Moon • Sr. Chinarro • Tobias Jesso Jr. • Tony Allen • Voivod • White Hills
Els Vermuts de Primavera al Parc amb Martini: Cheatahs • Hiss Golden Messenger • Les Sueques • The Zephyr Bones.

Por: Thais Cuadreny P.

Precios: Abono: 195€. Entrada de día: 90€

Hora: Consultar programación

Lugar: Parc del Fòrum, Rambla de Prim, 1