A propósito de nada, by Woody Allen
En A propósito de nada, Woody Allen nos relata su infancia, su adolescencia, sus inicios como guionista y humorista, su trabajo como cineasta y su conflicto con Mia Farrow, en una recopilación meticulosa de sus 84 años de vida. Desde su infancia en Brooklyn, donde vivía con sus padres y hermana; pasando por sus fracasos escolares en la escuela pública, hasta su fascinación por los gánsters, los jugadores de béisbol, las películas de Bob Hope y su querido Manhattan. Los primeros desamores, los coqueteos con el jazz, el cine y la escritura. Las relaciones con la novia de su adolescencia, luego con la divertida Louise Lasser, y el romance con Diane Keaton, con quien mantiene una prolongada amistad. Explica también la relación personal y profesional con Mia Farrow, y afirma que fue el primer sorprendido cuando, a sus 56, inició una relación con Soon-Yi Previn, que entonces tenía 21.
Un romance lleno de aristas, apasionado, y un matrimonio feliz de más de 22 años. Un texto a menudo jocoso, con una sinceridad sin límites, lleno de creativas intuiciones y de bastante incertidumbre: un icono americano que cuenta su historia, sin censuras ni presiones.
“Mi madre aseguraba que yo fui un niño amable, dulce y alegre hasta los cinco años, y que luego me convertí en un chaval avinagrado, desagradable, rencoroso y malo”.
Allen comenzó a trabajar en el mundo del espectáculo a los dieciséis años escribiendo chistes para las columnas dedicadas a Broadway, su pasión por la magia y su habilidad con el póker y los juegos de cartas, entre muchas otras cosas. Allen repasa, en sus 439 páginas, los inicios, atribuyéndose todo el éxito a la suerte y a la gente que ha confiado en él, la autoestima no era lo suyo. Nos muestra a todas las personas que le ayudaron o que han estado presentes en su vida, tanto actores, productores, artistas, escritores…
Y, por supuesto, las parejas. Habla de su primera y segunda esposa, de Diane Keaton, con quien vivió un bonito romance; de su polémica relación con Mia Farrow (con 7 hijos adoptados), con quien nunca se casó y con la que tampoco compartió techo (13 años juntos). Tuvo que defenderse de las acusaciones de abusos por parte de su hija adoptiva Dylan Farrow, después de que una parte de Hollywood le diera la espalda.
El prolífico cineasta, con 50 películas en su haber, narra sin pelos en la lengua las mentiras que se han dicho de él en la prensa. El libro es, además, una declaración de amor a Soon-Yi, de la que dice: “… ella conoce los trucos de la supervivencia mejor que yo. Es más práctica. Por ejemplo, yo no duraría una semana en un campo de concentración sin mi esponja de baño. Soon-Yi, por el contrario, en dos días tendría a la Gestapo llevándole el desayuno a la cama”. Genio y figura, le quiero.
Traductor: Eduardo Hojman
