Que la última película de Rossellini fuera muda y no tuviera ni música, no es una casualidad. Tampoco que retratara la apertura del Museo George Pompidou. Y mucho menos que ejerciera una crítica cultural lúdica y a la vez irónica de la sociedad. Y es que Rossellini, en su afán por acercar la cultura a la gente, quiso no sólo retratar el nuevo museo, sino registrar la reacción de la gente ante la apertura del centro que inauguraría la época de acceso masivo y democrático a la cultura. Así, creó una película que presenta un diálogo constante con el entorno urbano del museo, el barrio de Beaubourg, y que conforma una triple perspectiva entre el metraje, los entresijos de su producción y la aparición de Rossellini en el Festival de Cannes de 1977. Una pieza tremendamente crítica y que en el entorno del MACBA pretende relacionar aquel proceso de gentrificación que ejerció el museo parisino en los años 70 con el que sufrió el propio MACBA en el Raval en el año 1995. Una comparación que no tiene nada de casualidad y mucho menos en los tiempos que corren.
Por: Lorena Pedre
Precios: 8€
Hora: Lun., mié. y jue. de 11h a 20h, vie. de 11h a 22h, sáb. de 10h a 22h, dom. de 10h a 15h y hasta el 21 de Octubre
Lugar:
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