Hubo una época en la que me gustaba ponerme muy místico con esto de la música. Perseguía los sonidos psicodélicos cada vez más hipnóticos, más experimentales, más obsesivos. Y, cuando encontré los Silver Apples, me sentí como si acabara de hallar la jodida Piedra de Rosetta. El dúo neoyorkino practicaba una psicodelia electrónica absolutamente primitiva, mágica, como si de dos chamanes visionarios se tratara. Su primer álbum, homónimo y editado en 1968, presenta un sonido espacial, hipnótico y discordante, que se hace patente en temas como “Oscillations”, su hit más conocido, o la tan preciosa como oscura “Seagren Serenades”. Bandas como Spacemen 3 o Sonic Youth los han nombrado como precursores, entre otras muchas. Psicodelia, kraut rock, experimental e incluso indie y dance han bebido de su sonido, el mismo que creaban a partir de un primitivo sintetizador de fabricación propia llamado El Simeon, en honor a Simeon Oliver Coxe. Él es el único miembro vivo del grupo, y él estará presente el martes 11 de noviembre en la sala Almo2bar de Gràcia, dentro del festival Connexions. Difícilmente tendrás mejor ocasión de ver a semejante leyenda de la música. Os dejamos este tema que es puro amor y psicodelia. Enjoy!
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