Un bailarín, un músico y una cantante. El swing y la poesía son la base medular de este proyecto escénico que combina elementos de recital y danza contemporánea con el fin de crear una atmósfera mística-futurística-retro. Todo eso. La artista polifacética Ari Ann Wire está al frente de este proyecto donde expone, no sólo su voz y sus textos (ya que también escribe), sino que pareciera que entramos por momentos a su colorido mundo interno a través de sus tacones y sus medias. Su voz es por momentos la de Betty Boop y en otros adquiere la potencia de Billie Holiday. Spirituals to Swing deconstruye con la guitarra de Federico Fernández Giordano y reconstruye con el cuerpo de Julián Bergonzini, los ritmos de clásicos también del blues, del jazz, o de la misma Edith Piaf, en francés, en inglés, con el cuerpo, con sonidos, con lo que haga falta. Aprovechad, amantes de la elegancia de neon, ésta será, por lo pronto, la última vez que podamos ver a Spirituals to Sing juntos sobre un mismo escenario.
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