Supongo que lo que más nos atrae del retrofuturismo (aparte de su maravillosa estética fantástica y surrealista a partes iguales) es que nos ayuda a imaginar un futuro que todavía podemos tocar, que sigue siendo, en cierto modo, humano. Nada de sofisticados iPads ni iPhones ni Wi-Fi ni cosas de esas, donde esté una buena máquina del tiempo o un teletransportador de materia en condiciones, que se quite todo lo demás. Esta expo reúne una colección de inventos, ilustraciones, diseños, fotografías y piezas artesanales que nos muestran en qué consiste eso del retrofuturismo, una suerte de mezcla explosiva entre la ciencia, la tecnología del vapor y la mecánica de la Segunda Guerra Mundial, todo ello aderezado con un extraordinario espíritu aventurero y una admiración sin límites por el conocimiento y por los inventos descabellados. El Steampunk, que nació originalmente como un subgénero de la ciencia ficción, ha acabado por extenderse a otros ámbitos de la cultura hasta conformar un movimiento artístico en sí mismo. La comisaria de la exposición, Elisabet Roselló, es una experta en este género, así que la cosa promete todavía más. Y quién si no el MIBA podría organizar una expo tan guay como esta. Además, para ponerle la guinda al pastel, el sábado día 10 organizan un taller para que los más peques puedan construir su propia pistola de rayos retrofuturista. Desconecten sus teléfonos móviles, abróchense los cinturones y ajusten sus retro-cascos porque este finde ¡viajamos al futuro!

Por: María Arranz

Precios: 7€

Hora: Vie. 9 a partir de las 11:30h

Lugar: Museo de ideas e inventos, c/ Ciutat, 7