Uno no entiende muy bien el sentido del nombre artístico de The Tallest Man on Earth hasta que lo contempla, absolutamente solo, sobre un escenario tan inmenso como el del Primavera Sound, y de golpe, se da cuenta de que todo, a su alrededor, empequeñece. Kristian Matsson doma con los dedos las cuerdas de la guitarra a la velocidad de un mecanógrafo y fue otro de los culpables, junto a su compatriota José González, de que se volviera a popularizar el fingerpicking tras la muerte de Elliott Smith. Ese mismo año, había aparecido There’s No Living Now, el disco que le dio a conocer y que generaba multitud de opiniones respecto, sobre todo, a su voz y al tipo de melodías, impúdicamente parecidas a las de Bob Dylan y que algunos consideraban más un plagio que un homenaje. Sin embargo, en la humilde opinión del que escribe, hay cosas que por evidentes no pueden ser acusadas de plagio y que uno no puede imaginar al cantautor sueco negando la influencia del genio de Minnesota. Aún así, aún si la negara, no sería óbice para perderse el talento de una de las apuestas folk europeas mas divertidas de los últimos años. Pongamos como ejemplo el momento en que interpretó en el PS de 2012 “The King of Spain” y logró, -¡con arpegios!- hacer bailar a una multitud de fieles como si de un dj se tratara.