Tiempos precarios, by Flavia Biondi
Los protagonistas de Tiempos precarios, Mia y Manu, viven en un piso compartido, con la inestabilidad laboral a la orden del día y un afecto que se marcha sin remedio. Comparten vida en un piso junto a otros graduados universitarios, con un futuro incierto y una trayectoria estrepitosa, en el plano laboral, y avanzando a gran velocidad hacia esos temidos treinta años. Son personajes reales, cualquiera que te cruces por la calle, de los que viven en el piso de al lado, que abanderan un mensaje vacío: la sociedad ha convertido estos tiempos precarios en algo normal, en el modo de vida que hay que aceptar a cambio de un salario. Esa precariedad es la vida, tal vez haya que cambiarla, porque ya no vuelve, no hay retorno.
Biondi maneja los escenarios que van y vienen atendiendo adonde quedan instalados los focos, las composiciones de página y los planos cuidadosamente escogidos. La autora huye de cualquier tipo de efecto especial en sus páginas. Su línea se torna sencilla, al igual que su desarrollo narrativo. Una composición de página clásica, centrada en impresionar con planos al límite, que aseguran que el mensaje, la historia, llega al lector sin artificios. Biondi, de esta manera, te lo pone muy fácil para conducirte por el relato.
Tiempos Precarios habla de muchas cosas que suenan cercanas si tu memoria no falla: el paso de la juventud a la madurez, el aburrimiento dentro de una relación larga, vivir en un momento de crisis económica donde se acrecienta la precariedad y el futuro es incierto, pero por encima de todo, el miedo a crecer.
Flavia nos atrapa en este relato costumbrista donde podríamos ser protagonistas, y pese al evidente contenido referente a la crisis económica y social, hay espacio para el crecimiento y para el amor.
Traducen: Caterina de Lisca y Albert Rabassa
Editorial: La Cúpula
