Una cámara no es solo un aparato mecánico para grabar imágenes en un carrete que posteriormente será revelado: es un catalizador de universos. A través de su visor, de repente, el mundo cambia no solo de color, sino de perspectiva. Porque lo que veamos en una imagen depende única y exclusivamente de quién haga click. Finestres de la Memòria, el proyecto impulsado por el centro cultural Casa Elizalde para la conservación y difusión del archivo fotográfico del barrio barcelonés de la derecha del Eixample, nos trae la exposición Una Cámara Propia: mujeres y prácticas fotográficas, una muestra plural de imágenes captadas por mujeres fotógrafas aficionadas, amateurs y profesionales que retrataron el tiempo que les tocó vivir, con todas sus vicisitudes.
Un catálogo fotográfico histórico y casi antropológico sobre las costumbres y realidad de una horquilla de tiempo enmarcada entre el 1900 y los años 80. En la cotidianidad de estas imágenes, captadas de forma sutil y espontánea, se esconde algo maravilloso: la mirada particular y única de una persona. Ya se sabe lo que se dice: hay que mirar hacia atrás para ser consciente de lo andado y así coger impulso para lo que viene por delante. Y qué mejor que hacerlo a través de la fotografía.
Por: Antonella Sonza
Precios: Gratis
Hora: De lun. a vie. de 10h a 13h y de 16h a 21h, sáb. de 10h a 13h y de 16h a 20h. Hasta el 25 de Oct.
Lugar: Casa Elizalde, c/ Valencia, 302
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