Caminas por l’Eixample en estos días de calor intenso y hay algo que te invita, que te empuja, a entrar en Artte. Debe ser su entrada, una antesala informal pero cuidadosamente decorada con cuadros y un gran grafitti, que promete sensaciones refrescantes. Según avanzas por Artte, descubres que estás ante un gran espacio multifuncional. La barra tiene un precioso grabado de madera, las lámparas tienen telas con motivos florales, hay teléfonos antiguos para llamarse entre mesas… El encuentro entre lo acogedor y la etiqueta es total.
En Artte los espacios se suceden: el bar casual, la coctelería, la tetería. Todo conduce a un gran salón con luz natural donde confluyen las distintas personalidades. Allí puedes disfrutar de conciertos, de escuchas de discos, de los cócteles. Y también puedes degustar la cocina de autor de Enric López, formado en Neichel junto a Carles Gaig, que sorprende por su acertada originalidad.
Este verano, Enric López ha diseñado una carta para inaugurar los mediodías del restaurante de modo exquisito y refrescante. En sus platos encuentras una base de cocina catalana que se fusiona con recetas de distintos rincones del mundo. Por ejemplo, el ceviche está elaborado con salmonete, un pescado que con su textura resulta muy agradable junto a la leche de tigre. Incorpora kikos, que juegan con el picante y el cilantro para equilibrar un plato fresco y que entusiasmará hasta a los menos fans del pescado.
Una de las propuestas estrella de la nueva carta es el tartar vegetal. Está elaborado con crudités de verduras de proximidad que se aliñan con un pesto ligero, perlas de guisante que explotan en boca, un toque de queso Parmesano encima y brotes, uno de los distintivos personales del chef que ayudan a recorrer la carta. Las verduras y los brotes también se encuentran en unas sorprendentes alcachofas del Prat aliñadas con mostaza: jugosas y crujientes, se acompañan de espárragos verdes y tofu para crear un plato caliente pero ligero.
Si quieres picar algo, presta atención a las croquetas de pollo asado de la abuela: tan crujientes por fuera y cremosas por dentro que vas a querer repetir. En cambio, si prefieres ir directamente a por el plato principal y quieres acertar, elige el meloso de cordero. La carne es espectacular y la cocción es perfecta, ¡es meloso de verdad! Se sirve sobre puré de boniato y un gravy con earl grey que aporta innumerables matices.
En Artte puedes concluir la experiencia gastronómica con un postre, con un cóctel, ¡o con ambos! Si eres goloso, la torrija de brioche y helado de coco va a volverte loco. Como coctelería, la propuesta es igualmente original y viajada con presentación sorprendente. Es el caso de chamánico: servido en bol como una poción mágica, promete un agradable viaje inspirado en los chamanes a base de ron, guaraná y especias diversas. Ave María es una elección de lo más refrescante para los amantes de la ginebra, con un toque de manzanilla que lo hace tradicional pero es sorprendentemente coherente. Es un cóctel que recoge todas las experiencias de Artte, un lugar ideal en el que refugiarse este verano hasta que bajen las temperaturas en el exterior.