El Principal del Eixample

A veces nos equivocamos al juzgar el alma de las personas -y los establecimientos- por cuestiones de apariencia.  El Principal de l’Eixample nos recibe con su cuidada entrada y su aspecto de restaurante ‘bien’. Sobrio y bien iluminado, imponente, sereno en su diseño y espacios, aparentemente concebido para empresarios, creativos con éxito o parejas de alto nivel adquisitivo. Al atravesar su comedor amplio y diáfano observamos los ventanales que proyectan una luz serena en las mesas, el salón principal pulcro y bien decorado: tenemos la impresión de vestir ‘demasiado informales’ para el sitio. Sin embargo, diez pasos más allá se abre el fresco jardín interior donde esperan cómodas mesas de aire mediterráneo invitándonos a tomar asiento y pedir un Spritz,  una copa de vino o una cerveza bien tirada. Y de pronto nos relajamos -cómodos en nuestras pieles- y empezamos a disfrutar de una inesperada reunión de amigos soltando lastre a la salida del trabajo.

La variedad y originalidad de su carta, una cuidada y creativa selección de tapas (delicioso mata-hambres contemporáneo) y la barra del exterior, a punto para preparar aperitivos y cocktails, acompañarán las luces que adornan el jardín, mientras risas de fondo y buena música deslizan hacia el atardecer una estupenda tarde de verano. Toques contemporáneos, cocina de raíz y de mercado y un atento y personal equipo redondean este espacio que se pone a disposición del cliente para eventos, ruedas de prensa, celebraciones de todo tipo, presentaciones o distendidas reuniones de profesionales que buscan algo más que un lugar donde cerrar acuerdos.

Cualquier atardecer de verano en el Principal de l’Eixample es un paréntesis urbano, un soplo de aire fesco en uno de los puntos más calientes del Eixample Barcelonés.

Muy Fresco, muy recomendado.
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