Seyma Ozkaya es una mujer de una hospitalidad desbordante. Recién llegada de Istanbul consiguió con el venerado Pinhan de Turó Park romper las expectativas de lo que se puede comer en un parque. Su primera aventura gastronómica no era más que una pequeña caseta donde se servían delicias (exóticas en ese momento) de Oriente Medio. Con el tiempo llegó Funky Bakers al Born, y hace apenas un año abría en pleno Eixample su hermana mayor, el Funky Bakers Eatery. Un restaurante en el que la gastronomía Turca luce durante todas las horas del día. Recetas frescas, simples y caseras pero con la estampa inconfundible de sabores y especias de Middle East. El ‘challah’ es la especialidad de la casa: un adictivo pan hebreo en forma de trenza que se come durante el Shabbat y aquí lo acompañan con tres ‘mezzes’; halloumi frito, pastrami y chorizo turco. De la cocina, libre de freidora por decisión propia, van saliendo platos reconfortantes como las ostras con salsa de mantequilla y guindilla, el bikini con pecorino trufado, o un excepcional cordero marinado en za’atar con arroz palaciego.
Vinos naturales, cervezas artesanas y una cuidada selección de espumantes se van a encargar de alegrar cualquier comida. Si puedes, reserva la mesa escondida entre la barra y el obrador de dulces, un rincón resguardado desde el que sacar el máximo de tu experiencia. El Funky Bakers Eatery es el pedacito sabroso y acogedor de Estanbul que tanto echamos de menos en pleno Eixample.
