Hay algunos restaurantes por los que vale la pena hacer una escapada, y otros que se merecen montarles un fin de semana alrededor. En apenas mes y medio el Margarita se ha convertido en una de las reservas más solicitadas de la Costa Brava. Un éxito que no Ie llega por sorpresa, ya que el Margarita comparte propietarios con el venerado Baldomero del Eixample. Esta pequeña perla a pie de playa de Calella de Palafrugell lleva semanas inundando Instagram con platos escandalosamente bonitos. Una carta corta, concisa, que homenajea el “todo-hecho-en-casa”, con platos de inspiración mediterránea y un ojito puesto en el producto de mar. Espectacular la tostada de masa madre con encurtidos y mejillones escabechados, un vitello tonnato que entra tan bien por la vista como por el paladar, o un ceviche de gamba de Palamós difícil de olvidar. Pero es con los pescados al horno con los que te dejan sin aliento. Dominan el cabracho (servido con la espina frita y los lomos al horno), los san pedros o cualquier pescado fresco de lonja, siempre acompañados de guarniciones generosas.
El Margarita consigue sacar oro de cada centímetro de su minúscula cocina abierta a un comedor que desearías que fuera el de tu casa. Es de elogiar que con una localización tan privilegiada, hayan decidido arrancar un modesto restaurante de esta altura, y no dejarse llevar por la vorágine turística fácil. Bravo por este gran restaurante en la Costa Brava.
