He aquí un lugar camaleónico donde los haya, tan ideal para tomar una tranquila cerveza a la salida del cine, como para gozar de un buen partido de fútbol o empaparse de la nocturnidad más moderna que es capaz de ofrecer el fin de semana. Y es que si de algo sabe este pequeño local es de crear ambiente. La elegancia de su iluminación se cuela entre los sofás y las butacas, creando una atmósfera acogedora a lo salita de estar. Los deliciosos cócteles son preparados con cuidado extremo al ritmo de una impecable banda sonora que tanto puede parecerse a Moderat como a Triángulo de Amor Bizarro. Y el trato que ofrecen sus jóvenes propietarios tras la barra le pone la guinda a un lugar magnético situado en el delicioso corazón del barrio de Gràcia. Estilo, música y familiaridad envidiablemente fusionadas./ Eva A. Prats
