Entrevista a Núria Graham

Núria Graham lanzó el pasado 14 de febrero su tercer LP, llamado Marjorie en honor a su abuela irlandesa. Sus raíces y la búsqueda de sí misma marcan este nuevo disco, que está teniendo una cálida recepción gracias a canciones tan vibrantes y personales como Toilet Chronicles o Connemara.

El próximo 27 de febrero, Núria Graham presentará Marjorie en Sala Apolo y comenzará una gira extensa con varias fechas internacionales. De todo esto, del intenso 2019, del proceso de creación y de la escena dublinesa, hemos tenido la oportunidad de hablar con ella.

Connemara fue el primer adelanto de Marjorie. La combinación de la canción y el video es increíble: la letra es dura, pero consigues transmitir cierta esperanza. ¿Crees que condensa el espíritu del disco?

Totalmente, yo creo que Connemara es la canción que escribí que más ha influenciado a todas las otras. Fue la primera que grabamos en el estudio y la que representa más esta faceta nueva que me aparece en el disco, de buscarme a mí misma y, al mismo tiempo, buscar respuestas en historias de otras personas. En Connemara intento empatizar con una historia que me sobrepasa y que no entiendo: solo intento describir las sensaciones que esto me crea.

Tus canciones siempre han sido muy personales. Sin embargo, Toilet Chronicles da la impresión de ir un poco más allá, tanto por el contexto de la canción como lo que encierra. ¿Es así? ¿Te ayuda la música a comprender mejor tus experiencias?

Toilet Chronicles es la canción que da sentido a todo lo que intento explicar en este disco. Es una versión de la canción Amor de garrafa, escrita por mi amigo y expareja Marcel Pujols, de Power Burkas. Al oír la canción, tuve una necesidad immediata de versionarla e ir más allá, dándole una nueva vida escribiendo una letra en respuesta a la original.

Para mí, de esto trata la música: que las canciones cobren vida propia, que sean un mensajero, que te sobrepasen. Es una canción que, para mí, representa el amor puro, más allá de las estructuras del amor romántico.

El año pasado fue intenso: te escuchamos colaborando en la radio, haciendo entrevistas y versiones cada semana y, además, tienes un rol importante en el proyecto de Amaia. ¿Qué impacto ha tenido todo ello en Marjorie?

El año 2019 fue un año curioso: tenía que ser un año tranquilo y ha acabado siendo uno de los años más intensos de mi vida y he conocido a un montón de gente que han acabado siendo una gran influencia en el momento de crear.

Soy un culo inquieto y para mí la radio ha sido un aprendizaje enorme, ¡cada semana estaba con gente diferente colaborando! Y estar con Amaia y todo su maravilloso equipo, también. Salir de mi zona de confort me ha hecho descubrir cosas nuevas de mi misma que desconocía. Como siempre digo: lo que más me gusta de mi trabajo es estar con las personas, así que este año ha sido maravilloso por esto. ¡Son mi máxima influencia!

¿Qué encontraremos a nivel estilístico en las nuevas canciones? En los adelantos se percibe un toque más R&B, una atmósfera próxima al pop metafísic de colegas como Ferran Palau y El Petit de Cal Eril. ¿Lo ves así?

Realmente a nivel estilístico es la primera vez que tenía menos referencias. He estado tan dedicada concentrándome en escribir canciones que después, en el momento de entrar en el estudio, no tenía ninguna: solo sabía que queria experimentar y encontrar mi propio sonido, sin querer sonar a nada en concreto, solo pasármelo bien y estar involucrada en absolutamente todo. Simplemente mi idea era que todo lo que hiciese me tenía que emocionar a mí misma.

Volviendo a Irlanda: aunque el disco no es temático, sí que ha influido en la composición. ¿Encontraremos también sonoridades que podamos asociar a la isla?

En ningún momento pensaba que iba a hacer un disco ambientado allí y, de hecho, hay muchos escenarios en varias canciones que se encuentran en Irlanda, pero de pura casualidad. Muchas cosas estos dos últimos años me han conectado más con mi vida allí, un pasado que no he vivido.

Todo surge de la canción Marjorie, donde me veo reflejada en la vida de mi abuela, que nunca conocí. Pero en esta canción yo intento entenderla, porque, al fin y al cabo, yo llevo toda la carga que ella llevaba encima. Es todo el rato un ejercicio de intentar ver cosas de mí misma en otros personajes. De esta manera, me quedo en paz con la gente y conmigo.

Hay una escena dublinesa actualmente muy vibrante, con grupos como Girl Band, Fontaines D.C. o The Murder Capital. ¿Sigues estas bandas?

¡Sí! De hecho, Fontaines D.C. es uno de mis grupos favoritos del momento. Muy, muy fan, de sus letras, de su esencia y su actitud. Ojalá una colaboración.

¿Te has planteado pasar temporadas más largas en Irlanda y moverte por ese circuito?

Me lo he planteado. Ahora mismo no puedo porque mi vida esta centrada en Barcelona, pero sí que me planteo ir cada vez más por allí, porque con este disco solo he empezado a investigar, pero tengo que descubrir muchas cosas más de mí misma y veo que en Irlanda puedo encontrar muchas respuestas. Respuestas en la gente, en el paisaje, en su manera de ser y, sobre todo, en el bar, la vida del pub, que acaba siendo también un escenario muy importante en todo lo que escribo.

Por último, has confirmado ya muchas fechas de conciertos, unas cuantas además fuera de la península. ¿Cómo se presenta la gira?

Se presenta el año más loco de mi vida, con muchos conciertos por aquí, en Catalunya y España, ¡pero también muchas fechas en Inglaterra, Alemania, etc.! Esto quiere decir que toca ir a picar mucha piedra, ¡y me pilla con mucha energía y muchísimas ganas!

¡Gracias, Núria!

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//fotografías de Marc Cusco