Cuando el amor entra por la boca

La historia de Lara Petrella, quien desde hace un año prepara platos sanos y personalizados a sus comensales

Pedir un menú en Lapetrella es como ir al sastre: te preguntan qué te gusta, te toman las medidas del cuerpo, y, luego, te llevan el traje a casa. Nada de prêt-à-porter.

El primer cliente de este proyecto de comida sana fue Marcelo, a principios de 2015. Le habían diagnosticado una intoxicación de hígado y tenía una lista interminable de productos prohibidos. Ni gluten, ni carnes rojas, ni leche, ni pan blanco, ni patatas. Y un largo etcétera. Pero cuando abrió la puerta de su casa para recibir los primeros nutribowles, no pudo evitarlo. Lloró. ¿Era posible esa variedad con tanta restricción?

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Detrás de todo esto estaba –está- Lara Petrella, la chef que da vida a los nutribowls personalizados, pensados para los que buscan comer más saludable sin preocuparse por cocinar. El objetivo es armonizar el paladar y los nutrientes, y la fórmula la ofrece a través de un menú veggie o de uno proteico. Para los entusiastas hay tres packs disponibles: comida y cena para tres días, para cinco días o para siete.

—¿Puedo pedir un pack de tres días y luego congelar? — le preguntamos.

—Puedes hacer lo que quieras— balbucea Lara en la entrevista. Y luego fija la mirada, pega con suavidad el mentón al cuello y dice —Pero no.

Entendámoslo. Ella es amante de todo lo natural: se emociona cuando ve una albahaca en flor, sueña con las acelgas y se pirra por la calabaza que, por cierto, le recuerda a su Brasil natal. Para ella, en cierta forma, el congelador humilla la vida de sus queridos ingredientes.

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En Sao Paulo, donde nació y creció, ya despuntaba maneras. Cuando era niña, su madre, Josely, le troceaba zahanorias para merendar (cuando el resto optaba por la bollería de toda la vida). A los quince años tuvo su primer trabajo en restauración y dejó de comer carne. Y a los veintisiete ya tenía su propia consultoría gastronómica en Florencia, en Italia (se llamaba Occhi d’Oro).

“Hace un tiempo, me di cuenta de que no podía coger una olla grande y ocuparme de alimentar a una multitud. Ya no. Por eso ahora, con Lapetrella, sé para quién cocino y me encanta hacerlo pensando en ella o en él”, dice. “Es otro ritmo, hay amor y el amor es alquimia”.

“Si cocino para alguien concreto lo hago pensando en él, le pongo amor. No es lo mismo que cocinar para una multitud”

Además de cariño, los platos de Lara están cocinados con ingredientes cuidados y verduras de temporada. Hay, por ejemplo, brochetas del huerto con albóndigas vegetales en salsa especiada; tarta de calabaza con cebolla confitada al tahine; o brandad de bacalao y col romana con pimientos escalibados. Todo sabor.

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Ella vive ahora en Barcelona y en el barrio de Poble Sec tiene su cocina con una nevera dividida en diez compartimentos. Además de los nutribowls de Marcelo, están los de Luis, que tiene problemas con la histamina, o los de María, que tuvo cáncer de mama y ahora no puede ingerir alimentos con hormonas.

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Lara Petrella está organizando el I Congreso On Line de Alimentación Saludable, que tratará sobre la reeducación alimentaria, entre otros temas

Muchas veces, Lara hace de puente entre los médicos y los pacientes: ella investiga, pregunta y cocina. Y su afán por conocer más la ha llevado a estudiar Ayurveda (un sistema tradicional de medicina en la India) y también a organizar el I Congreso On Line de Alimentación Saludable, que prevé lanzar este año para difundir contenido relevante sobre la comida y la reeducación alimentaria.

“Cada cuerpo es un universo y hay que cuidarlo”, dice Lara. “Antes estaba centrada en la alta cocina, pero me di cuenta del valor que hay que darle a la comida. ¡Es mucho más importante que nuestra ropa o nuestro aspecto y sin embargo no le prestamos atención!”.

“¿Por qué no le prestamos la misma atención a la alimentación, que a nuestra ropa o a nuestro aspecto?”

Entre los que sí lo hacen están, naturalmente, sus clientes, que en su mayoría son hombres solteros. “No todos los que optan por Lapetrella tienen contraindicaciones médicas. Muchos quieren simplemente comer saludable y sabroso”, dice Lara. Como Marcelo, por ejemplo, que un año después de alimentarse con Lapetrella recibió el alta de su médico. Y aún hoy sigue recibiendo, religiosamente, sus nutribowls hechos con amor.

**En Barcelona, menús saludables y personalizados, en Lapetrella. En Madrid, Menúdavida.

 

Ana Claudia Rodríguez es periodista y autora del blog “Y si de repente” (www.ysiderepente.com)  en el que afronta diferentes retos y los cuenta en primera persona.