Este breve libro de algo más de cien páginas nos cuenta el veraneo de un chico de trece años, de clase acomodada, en su casa de verano y en un escenario playero. Agostino, huérfano de padre, veranea con su madre con la que comparte una dulce intimidad con su progenitora desde muy pequeño. Durante alguna semana estival surgen algunos cambios en su entorno que hacen que el relato suba de tono: la situación cambia con la llegada de un joven que invita a navegar a la madre con él. Cuando el desconocido irrumpe en sus vidas, los acontecimientos se precipitan. Agostino no se siente cómodo y se aleja de ella. En paralelo, Agostino conoce a un grupo de amigos adolescentes, algo mayores que él. Su entrada en la pubertad, cabalgar entres dos mundos de edades, no ser el niño mimado de mamá y todavía estar lejos de la picardía de los otros amigos. En definitiva: la historia del niño que deja de serlo.
La llegada al grupo de chavales, muy embrutecidos y macarras no es nada fácil al ser víctima de burlas, mofas y guasas. Poco a poco pierde su forma educada para convertirse en uno de ellos.
En cada episodio Moravia recrea de una manera soberbia una escena angustiosa, con una contención emocional tratada como pocos novelistas lo hacen. Abandono, retiro, temores y decepción. Una pequeña desdicha, como tantas otras, mientras que el mundo de alrededor sigue como antes, no pasa nada. Muy recomendable.
Traducción: Raquel Olcoz
