Andrea de la Fuente

Me llamo Andrea y escogí dedicarme desde hace años a las personas. Estudié Educación Social y desde bien pequeña tenía claro que mi profesión siempre estaría vinculada a la parte humana de la sociedad. Por ello, llevo dejando el hobby de la escritura en segundo plano. Aún recuerdo cuando en el colegio me venían mis compañeros con una hoja para que pusiera palabras bonitas a sus sentimientos, querían escribir una carta y no sabían cómo. Realmente la Educación Social y la poesía no están tan lejos. Las dos sirven como canales comunicativos cuando uno no sabe cómo gestionarse. Las dos son necesarias para abrazar a la sociedad.

El escritor siempre tiene un punto melancólico y esta situación que estamos viviendo va acompañada de actos ciudadanos llenos de amor y bondad que sirven de inspiración para crear cosas bonitas. Y qué suerte la mía de vivir con dos compañeras de piso y poder compartir reflexiones. Yo agradezco estos días de obligado confinamiento porque la vida nos ha obligado a parar y eso, en muchos momentos, siempre ha sido un privilegio de unos pocos. Ahora estamos todos al mismo nivel. Yo más que quejas, me muestro agradecida de la suerte que tengo de poder echar de menos a los míos.

***

Poemas:

Cuentan las malas lenguas

Cómo decirte;
que mi soledad me pertenece únicamente a mí.

La rehuyo constantemente,
ni siquiera la rozo.
Me pica a la puerta y jamás la invito a pasar,
no la invito a copas,
mi cama no la conoce,
no la arropo ni le canto nanas.

La desconozco,
la temo tanto…
la tibia mano del abandono rozándome la espalda,
el frío al salir de la ducha en febrero.

Me cuentan que esconde cosas bonitas,
que debería probar sus sabores dulces,
incluso podría llegar a ser el aliado del café por la mañana.

Es un salvavidas cuando uno no sabe ya a qué boya agarrarse,
un remo cuando se está a la deriva,
una casa que huele a primavera astral.

He de aprender a tumbarme con ella;
admirar las margaritas,
los campos verdes de los que habla Machado
o los poemas de amor de Neruda.
Necesito serte infiel con ella.

***
Se hace camino al vivir

Te vivo a sorbos de vida,
sonrío a través de tus ojos,
te sobrevuelo en horizontal y vertical,
sumida en el viento que te lleva,
en el aire que te roza.

Sigo los adoquines que pisas
para llegar hasta tu cielo sin nubes.

Me dejo llevar por tu suave canto,
por la forma de moverte
entre almohadas que cobijan tus caídas.
En cómo sabes dudar de tus miedos
hasta que ya no lo son.
En cómo sobrellevas lo de traje y corbata,
regalando minutos a todos aquellos
que les falta tiempo para sonreír

Un pájaro en huracanes,
sol en domingos,
frio en desiertos,
luz en poemas,
mis mejores versos.

Gracias por vestirme de gala y abrirme ventanas
en todos los inviernos.