Labio que besa la leve
libélula de saliva,
la trapecista lasciva
de boca a boca se mueve.
(La edad ligera. Marta Jiménez Serrano)
La primavera nos trae cierta melancolía. Paseamos y nos paramos a oír, a tocar las cosas que flotan en el aire. Nos paramos a recordar todo lo que nos hizo ilusión. Desde pequeños nos repiten que “unas veces se gana y otras se pierde”, y que por tanto es importante aprender a perder. Pero a veces la derrota llega cuando menos la esperas: la derrota tiene forma de noche sin dormir, forma de despedida o de uñas rotas. Por haber peleado densamente y por haber dejado que todo se encharque en la misma pasión a lo largo del tiempo, es por eso que duele la derrota aunque esté bien encajada. Así que paseamos y nos paramos, dejamos que el viento nos despeine un poco y dejamos que se intercalen la alergia y la tristeza indiferentemente.
Por una semana más flotando, dice Laura y todo el equipo de Le Cool Barcelona.
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