Como diría Raphael , ojos desorbitados y mandíbula en Cuenca, ya llegó la Navidad. Sí, aquí tenemos esa época tan representativa del mundo en que vivimos, ese batiburrillo en el que caben cascabeles y muérdago y reyes magos y renos y hasta un trozo de leña ataviado con una barretina. Toma ya. ¿Alguien me puede explicar el sentido de todo eso? Difícilmente, pero qué más dá. Si, tradiciones aparte, lo que mola de estas fechas es ver a la familia -algunas sólo se reunen estos días del año-, ponerse hasta arriba de alimentos hipercalóricos y, sobre todo, regalar. Porque se puede criticar la Navidad en muchos sentidos: que si es comercial, que si ha perdido la espiritualidad… pero hay algo innegable: ¡hacemos regalos! Ojo, no es poca cosa: la egoísta y desapegada sociedad occidental hace regalos a sus familiares. Y, es más: ¡hacemos regalos y dejamos que el mérito se lo lleven tres reyes orientales y un tipo gordo vestido de rojo! Si eso no es un gesto esperanzador, un milagro navideño, que alguien me lo explique. Nosotros, a todo esto, nos tomamos un descanso de dos semanas. El día 9 de enero volvemos con nuevos eventos, algunas sorpresas y más energía que nunca.
¡Felices fiestas!, dice Samuel y todo el equipo de Le Cool Barcelona.
Y ya que estamos todos tan generosos, ¿nos regaláis un like en Facebook? ¿Y un follow en Twitter?
