Refugio. (Del lat. refugĭum). 1. Asilo, acogida o amparo. 2. Lugar adecuado para refugiarse. Eso es lo que probablemente muchos andamos buscando estos días. El tiempo (atmosférico) tampoco acompaña, pero no, no es esa clase de refugio, no es la guarida que uno busca desesperadamente cuando le sorprende la tormenta en mitad del camino a casa. Se trata de otro tipo de refugio, uno que no es tan tangible ni tampoco tan fácil de encontrar, y por tanto, más difícil de destruir. Cuando todo alrededor parece desmoronarse, el refugio que buscamos puede encontrarse en nuestra propia cabeza, en la página de un libro con la esquina doblada, en la segunda estrofa de una canción, en unos minutos con esa persona. Un refugio que, pase lo que pase, no va a desaparecer, uno al que siempre vamos a poder recurrir, en el que siempre vamos a poder escondernos, reflexionar, rompernos en pedazos, pero del que al final, vamos a tener que salir.
Porque ningún refugio es eterno y porque de todo, entre todos, se sale, dicen María y todo el equipo de Le cool Barcelona.
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