“Doppelgänger Goldfinger” es el nuevo trabajo del artista Dani Montlleó. Una reflexión sobre la identidad que tiene como punto de partida la arquitectura y el mundo del cine. En 1959, el ya famoso escritor Ian Fleming, decidió apropiarse del nombre de un reconocido arquitecto del movimiento moderno, Erno Goldfinger, para bautizar al que sería el villano de su séptima entrega de James Bond. Partiendo de este hecho, Montlleó, realiza un exhaustivo análisis (en ciertos momentos “sui generis”) de la relación entre Goldfinger, Auric Goldfinger y el arquitecto de origen Húngaro. Fleming solía utilizar en sus historias guiños y comentarios de personajes, momentos y espacios reales y, gracias a algunos de ellos, pueden ahora tejerse las relaciones personales y culturales del momento. Esta decisión intencionada del escritor resultó ser un lastre para el Goldfinger arquitecto que intentó desvincular sin acierto su nombre del del personaje novelesco. Montlleó se adentra en un mundo que se sostiene entre la realidad y la ficción y cuyos datos son, si más no, sorprendentes y curiosos./ Virginia Capellas
