Fanzinera, ilustradora, estrella del pop en Tronco junto a su hermano Fermín… Creo que no miento cuando afirmo que Conxita Herrero es una creadora incansable. Seguro que algunos de vosotros os la habéis encontrado vendiendo sus fanzines en su puesto del GRAF o el Gutter y que tenéis apilados en vuestras estanterías maravillas como G.S., Taritas, Moments of Sufficient Lucidity o Relacionarse. Este último forma parte del conjunto de las diecisiete historias que componen Gran bola de helado (Apa Apa cómics, 2016), el alabado y galardonado debut de Conxita Herrero, que supuso su consolidación como artista referente en el arte secuencial.
De Gran bola de helado me fascinan la viveza resplandeciente de sus colores y el costumbrismo que hilvana cada una de sus relatos, que trascurren en la cotidianidad de la limpieza del hogar, de una charla en una cafetería con sus colegas; una cita con un chico en un parque – o en una playa, o en un pub cualquiera…-, o el bucólico recorrido de un bus urbano de Madrid. Herrero escoge una cita de En Busca del Tiempo Perdido (Marcel Proust, 1913) como interludio entre <<Hablar>> y <<El cojín>> y realiza divertidos guiños entre líneas mostrándonos el nombre de Claude Monet reflejado en un espejo, o el tarareo de un hitazo como ‘Come Back From San Francisco’ de Magnetic Fields para hacernos partícipes de su imaginario. En el tratamiento de los diálogos del elenco de personajes entre los que ella misma se encuentra como protagonista principal. Muestran una tez provista de una nariz negra y carente de boca y ojos, como si de una máscara se tratara, elemento presente en todos los personajes del cómic: símbolo cercano a todo aquello que omitimos y las torpezas comunicativas que tienen lugar en nuestras relaciones interpersonales.
Pero no creáis que esto resta en modo alguno expresividad o tono al “yo poético” presente en la globalidad de la composición, todo lo contrario. De hecho, Gran bola de helado me ha conectado con aquella poesía de principios de dosmiles que desarrollaron las argentinas Ceci y Fer, referentes en autoedición poética con su publicación “Ceci y Fer: poeta y revolucionaria” (Belleza y Felicidad, 1999-2007). Al igual que Conxita Herrero, estas feministas también tomaron por bandera temáticas como la amistad, el desamor o el sentimiento de comunidad, dotándoles de ironía y un brillante sentido del humor. Con ellas os dejo:
<<Me sentí bien cuando me sentí libre escuchando música, haciendo
yoga o andando en bicicleta.
Me sentí bien caminando por la calle Kollwitz
en Prenzlauerberg, un domingo de verano
qué importaba no tener novio!
si nadie estaba desesperado
todos estaban bien.
Cecilia,
compré un nylon transparente
en él también podemos hacer la bandera
e ir a la próxima marcha por los derechos de nuestra amistad. >>