La gigantesca barba que era el mal

“¿Cómo que el mal? ¡Una barba no puede ser el mal! ¡Las adoramos!”. A ver, hipsters -y pseudohipsters- del mundo, calmémonos todos que aquí nadie está acusando a nuestras barbas de nada, pues “La gigantesca barba que era el mal” no tiene nada que ver con nuestro estilo de vida. O quizá sí, en cierto modo, pues esta novela gráfica rasca en nuestras barbas hasta encontrar un mundo oculto que deja en entredicho el sentido de toda nuestra existencia. Toma ya. Se trata de una agudísima obra que recuerda a grandes como Kafka, Lovecraft o Roald Dahl, en la que Dave, su protagonista, se ve abocado a abandonar su zona de confort y su “bienestar” personal y social por culpa de una indeseada y persistente barba que no deja de crecer y que, por mucho que trate de cortarla, siempre vuelve. Y cada vez con más fuerza. Ediciones La Cúpula es la encargada de traer a nuestras librerías esta pedazo de novela gráfica -lo de pedazo también es por su tamaño, porque mira que es grande-, así que si no sabéis qué regalar este Sant Jordi, dejad de mesaros las barbas: la respuesta está aquí mismo.