Recorrido magistral por una obra de mérito eximio, soberbia y dolorosa. Frases y fragmentos que te hacen pensar, detenerte y meditar. Vuelta atrás, repites. La historia protagonizada por siete náufragos, angustiados ante el devenir de su muerte inminente en una isla desierta. Sólo queda la soledad y el más radical desamparo ante el vacío y el sinsentido de la existencia. Con un estilo sombrío y devastador, Dagerman escribe una fábula opresiva y nihilista del fin de los tiempos (y del hombre). Una novela oscura y surrealista que plasma el drama de un mundo en el que la solidaridad se ha fugado del corazón de los hombres. Uno de los pocos trabajos a los que el autor sueco consiguió dar forma en sus últimos años de vida: un ensayo sobre la angustia que nos hace pensar en un Cioran, por ejemplo. Stig pensaba que la vida era un “viaje imprevisible entre dos lugares inexistentes” y que el peor de los males era “tener miedo de los hombres y escribir por dinero”. Su obra, llena de obsesiones y de símbolos, evidencia la influencia de Kafka. Llega ese momento en el que hay que volverse hacia la tierra y encararse con los que organizan esa opresión que nos desnuda, antes de que nuestra necesidad de consuelo sea insaciable. Fue un 4 de noviembre de 1954, en la ciudad de Enebyberg, tenía 31 años, decidió suicidarse: el garaje y el motor de su coche. “Dos cosas me llenan de espanto: Dentro de mí, el verdugo; y sobre mí, el hacha”.
Traducción: Carmen Montes Cano