Soy ilustradora y artista plástica. Me dedico a ilustrar libros para el público infantil y adulto, a realizar diseños e ilustraciones para aplicar en diversos tipos de soportes, y elaboro libros de artista y series limitadas de autoeditados. También he participado en exposiciones colectivas, y hace unos meses hice mi primera exposición individual en Tokio, algo que significa mucho para mi, fue muy especial. Y, como me gusta la marcha, ahora también ando metida en la creación de un espacio de producción y residencia artística junto con mi pareja.
¿Cuál es la idea de tus portadas?
Hacer un poco de crítica sobre en lo que se está convirtiendo Barcelona. Cada vez parece más difícil vivir en una ciudad pensada para los turistas. Y me divierte ver como se hacen muchos esfuerzos para intentar crear una marca de ciudad de diseño y turismo de alta calidad, pero en el fondo la “palela”, la sangría y los gorros de mejicano lo petan, y como la pela es la pela, pues hala: ¡barra libre!
Cuando me bloqueo…
Me pongo música, algo que me lleve a un estado desinhibido, suelto y libre, y me pongo a bailar, cantar… lo que sea para dejar la mente a un lado. También me sirve mucho hojear mi libreta de bocetos que siempre llevo encima, donde dibujo y escribo cosas que me llaman la atención. Y últimamente me voy a pasear por el campo con mi perro, hace poco que me mudé al medio rural y me fascina ver como se transforman constantemente los colores, la luz, el cielo, etc. Y si necesito “chicha” para crear personajes, siempre me queda el bar del pueblo…
Decidí dedicarme a la ilustración…
Siempre me ha gustado dibujar y pintar, de pequeña ya tenía el ramalazo artístico. Hace unos años mi madre recuperó un dibujo que le hice cuando estaba embarazada de mi hermana donde hago un estudio anatómico muy surrealista en el que intentaba comprender cómo podía tener a mi hermana dentro y por dónde saldría… Supongo que allí ya se veía que me gusta dibujar las cosas como yo las entiendo, no como dicen que son. Me encantaba ir a clases a la escuela de bellas artes y gané algún concurso. Pero hacerme mayor fue igual a dejar de dibujar, me olvidé de lo bien que me lo pasaba… ¡que tonta! De algún modo el deseo de dibujar seguía en mí, pero el miedo a “no sé dibujar” me retenía… hasta que a los 30 tuve un problema de salud, y fue un punto de inflexión en mi vida, ya no quería continuar sólo admirando el arte de otros, yo también quería hacer el mío. Decidí formarme en dibujo, pintura e ilustración, ¡y disfrutaba muchísimo! Además de ver las posibilidades infinitas de expresarme y encontrar un lenguaje propio, también descubrí el mundo de los álbumes ilustrados y libros de artista. Así que tuve clarísimo que no quería volver a renunciar a hacer algo que me encanta y me hace tan feliz, y que quería dedicarme a ello.
www.laiajou.blogspot.com
https://www.facebook.com/laiajou.art
