La palabra individuo, etimológicamente, significa “indivisible”. Irónico, ¿verdad? ¿Acaso “ser uno mismo” no implica ser muchos en uno? ¿No es la expresión “trastorno de personalidad múltiple” una redundancia? A partir de este dogma de nuestro tiempo (caracterizado por su “liquidez”, en palabras de Zygmunt Bauman), José Pablo García ha decidido ir a lo concreto y preguntarse en una novela gráfica quién es (o era, o ha sido) José Jiménez, “Joselito”, además de la vieja gloria de la canción patria apodada “el pequeño ruiseñor”. Para este fin, ha hecho gala de un despliegue formal rara vez visto: cada capítulo (y suman más de cuarenta) está narrado mediante un estilo diferente, de manera que emparienta al tenebrismo de Edward Gorey con la candidez de la Editorial Bruguera, y a estos con los laberínticos superhéroes de Jack Kirby, el melodrama manga, las gacetillas de postguerra para chicas o el underground de la Transición. Y no, no por simple tour de force o exhibición de trofeos de caza, sino con la exigencia de que cada estilo contraiga un vínculo esencial con el episodio que narra, dentro de una existencia tan poliédrica y calidoscópica que se diría que está compuesta por decenas de vidas.
Así, y como toda gran obra de arte, el tema es un mero pretexto para hablar de algo más amplio y se abre a varios niveles de lectura: desde la simple panorámica por la intrigante y amena biografía del niño prodigio, hasta un homenaje ebrio, astuto y global a la historia del cómic, esa disciplina que, hasta hace no tanto, era considerada la hermana pequeña de las Bellas Artes.
Ya sean fanáticos de la estrella o indiferentes, apasionados de la historieta o simples curiosos, vayan a disfrutar de esta rara avis y verán cómo el ruiseñor del estilo abandona su jaula y canta y vuela. / By David Leo García.