Cuando éramos niños, hacíamos muchas cosas que ya no hacemos hoy. Dibujábamos, jugábamos, cantábamos, y coleccionábamos.
Recuerdo esperar cada mes con una impaciencia máxima el nuevo número de “Piedras y Minerales”, y más tarde “Monedas del Mundo” y “Egipto y su mitología”. Cada mes recibía una libreta y una piedra, un billete extranjero o una figura de un dios egipcio que guardaba cuidadosamente en una carpeta u orgullosamente en una estantería. También coleccionaba sellos, centenares de figuras de gatos y estaba suscrita a una revista llamada “Llaves de la actualidad” (un plan diabólico de mi madre), un diario que resumía lo más relevante de la actualidad semanal explicada para el público más joven (cuando pienso que muchas veces la guardaba sin apenas hojearla, me arrepiento y lo echo de menos; en esta época aún existía una prensa cuyo propósito era informar de la manera más objetiva posible).
Pues sí, cuando era niña, era una coleccionista. También lo eran mi hermano, mis padres, mis amigos, y seguro que todos vosotros. Hoy, tenemos abonos a Netflix, HBO, al gimnasio y al parking debajo de casa. ¿Dónde se han ido nuestra curiosidad desinteresada, nuestra inquietud, nuestra sed de descubrimientos y esa bonita emoción matutina cuando llega el correo y recibes el nuevo número de tu colección favorita?
Ahora otra reflexión: hablemos del arte. A todos o casi todos nos gusta el arte, pero lo vemos como algo inaccesible, algo reservado para élites.
De estas dos reflexiones nace el proyecto Le Timbre. Le Timbre es una suscripción mensual al arte, así de simple, así de genial. «Le Timbre tiene la misión de ofrecer un acercamiento a las artes visuales y al universo artístico» nos explica su fundadora Bel Lepikson. Cada mes, el equipo de curadores de Le Timbre elige un artista quien creará en exclusiva una lámina para los suscriptores. Ellos recibirán a domicilio la obra de serie limitada, así como un dossier sobre su autor. «Enviar las obras a domicilio surge del deseo de generar un momento de satisfacción y una sorpresa que rompa con la rutina, no solo buscamos promover la creación independiente, sino también motivarla en nuestros suscriptores».
Los formatos de las obras, el tipo de papel, las técnicas y el estilo variarán cada mes, pero garantizando siempre una impresión de alta calidad y la exclusividad de que esta obra no se venda en ningún otro sitio.
«La colección está guiada por la originalidad, además de la calidad técnica y conceptual. Buscamos artistas con universos creativos potentes y un discurso visual muy personal. Procuramos proyectar también los nuevos talentos, nos parece fundamental la mezcla de veteranos y emergentes».
edición #2, agosto 2017, artista Susana Blasco
edición #3, septiembre 2017, artista Ina Hristova
Si te quieres acercar al mundo artístico, si buscas una idea de regalo original, o si quizás simplemente quieres alegrar las paredes de tu casa sin que sea una replica del catálogo de IKEA, Le Timbre es la solución ideal para satisfacer tus inquietudes creativas. Existen varios planes de suscripciones que te aconsejamos descubrir en su web (1, 3 o 6 meses) y también dos tipos de colecciones: “Le Collector”, una curaduría de laminas impresas para todas las edades, y “Le Little”, una colección de obras gráficas interactivas pensadas especialmente para estimular la creatividad de niños entre 3 y 9 años, que se lanzará en breve.
No dudes en echar un vistazo al portafolio de los próximos artistas elegidos por Le Timbre: Cristina Daura, Sonia Pulido, Rozalina Burkova, Julien Pacaud, y Marc Spengler. Y quédate atento, pronto ampliarán el catálogo con nuevas ofertas más allá de la suscripción.
Volvamos a nuestras pasiones de niños. ¡Volvámonos coleccionistas curiosos!
Crédito fotos: © LINUS LOHOFF