Maria Velázquez

¿Quién eres y a qué te dedicas?

Mi nombre es Maria y vivo en Barcelona. La ciudad donde me independicé y actualmente es hogar. Aquí me licencié en Historia. Siempre he sido una persona muy de letras, de Humanidades. Sin el pasado, el presente no tiene sentido. Entré en los mundos de la Arqueología y los Museos. Hoy en día no me dedico a ello, aunque son una parte importante de mí. De vez en cuando alguna exposición. Y aquí entra también la fotografía, como memoria y recuerdo, como un cuenta historias. Me gusta el cine en versión original y subtitulado. Y, con él, el cine alemán. Me dedico al asesoramiento y diseño de interiores.

¿Cuál es la idea de tus portadas?

En mis portadas la idea es mostrar trocitos de Barcelona. Pequeñas partes de ella que describen su esencia.

¿Cómo ha sido tu proceso creativo en el último año?

Desde que decidí adoptar mi primera cámara Polaroid, hace unos dos años, no he dejado de experimentar con ella(s). Utilizar una cámara de los años ochenta forma parte de mi proceso creativo. Me gusta unir el pasado con el presente, alargar la vida de la cámara y darle una segunda oportunidad. Pensar que hay una vida y unas fotos anteriores. La idea de reutilizar. Y, por qué no, darle un toque analógico a esta era digital. Esta es la relación que tengo con todas mis cámaras.

Al principio había cierta timidez. Sacar la cámara, encuadrar la imagen y pulsar el botón. Pero llevarme la cámara conmigo se convirtió rápidamente en un hábito. En mis viajes es un indispensable y una maravillosa compañía en mis paseos. Sacar la foto, guardarla y esperar. Creo que es mi momento favorito. La espera. Imaginar cómo habrá quedado. He de reconocer que puede pasar un largo rato hasta que miro la foto por primera vez. Lo mágico de una instantánea Polaroid es su capacidad de sorprenderte por sus colores, sus defectos inesperados, el juego con la luz y que es única e irrepetible.

Este último año ha sido de descubrimiento y de conectar con mi lado creativo. De pasar a la acción. Ya no solo miro y admiro fotos, sino que además, las saco. De aprendizaje detrás de cada error y de apreciar de un modo especial el que un defecto pueda dar a la foto una peculiar belleza.

¿Cuáles son tus influencias?

Mis influencias, en un inicio, han sido familiares. Mi familia paterna tenía su pequeño laboratorio fotográfico en casa. Hoy en día tenemos una gran colección de fotos. Siendo una persona muy curiosa, me apasiona pasarme horas en silencio mirando fotos. Me atrae mucho la fotografía documental y periodística. La que muestra y describe sin tapujos la realidad.

Con la fotografía instantánea, lo que me empujó a dar el salto definitivo fue una exposición en el CO Berlín sobre Wim Wenders y su colección personal de Polaroids. En ese momento fue cuando conecté con la idea de foto-instantánea e irrepetible. La foto va más allá de una imagen y una estética. Te recuerda cuándo decidiste inmortalizar algo concreto. Aquello que te llamó la atención o que querías guardar para tí. Y tienes la prueba de ello en tus manos al momento.

Desde entonces, decidí compartirlo en mi cuenta de Instagram donde hay una gran comunidad Polaroid, de personas anónimas con un talento magnífico. De ellos he aprendido mucho.

¿Tu lugar favorito de Barcelona?

Si tuviera que escoger solo uno, sin lugar a dudas, diría la Plaça Felip Neri. Patearse bien la ciudad es buscar tiempo para refugiarse allí unos minutos.

Un libro que te haya marcado mucho.

Hace ya unos años que lo leí pero con la primera página me enamoré perdidamente. Se trata del libro Plan D de Simon Urban. Me haría mucha ilusión poder leerlo en su versión original algún día.

¿Cuáles son tus proyectos de futuro?

A parte de seguir experimentando con Polaroid -ahora mismo estoy usando el “round frame” por primera vez-, tengo pendiente curiosear más con mis otras dos cámaras manuales (35mm): una Praktica MTL5B y una Olympus PEN EES2. Siempre quise tener una Praktica. La Olympus PEN EES2 la tengo de mi padre.

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