Sueños y secretos de… Houston Party

Ya han pasado 15 años desde que Jaime Hernández fundara lo que se convertiría en una de las productoras más respetadas del panorama español. Ellos nos han traído a auténticos gigantes de la música internacional, siempre con un buen gusto, con un sello personal que les ha hecho únicos. Hoy hablamos con su puntal en Barcelona, Miguel Martínez.

¿Quién hay detrás de Houston Party? 

Su fundador, Jaime Hernández (ex Parkison DC), encargándose de los números, negociaciones y contratos. Natalia de Jesús, llevando la pata tecnológica, la promoción en medios y el contacto con agencias de publicidad y similares. Ambos desde tierras gerundenses. Sergio Vinadé y Ainhoa Motilva, con base en Zaragoza, controlando la producción de cabo a rabo. Y yo, desde Barcelona, con el tema artístico, la comunicación y echando una mano en la promoción.

¿Cuándo y cómo empieza a rodar?

Empieza en 1998, cuando Jaime Hernández decide que para ganarse la vida tendrá que poner su pica en Flandes dentro del mundo musical, ya que viene de este ámbito y es incapaz de imaginarse en otro terreno.

Que una de las bandas escogidas para celebrar vuestro 15 aniversario sea The Posies no es casualidad. ¿Cuál es vuestra relación con ellos?

Es una relación de largo recorrido, dura ya cuatro lustros, ¡que se dice pronto! El de esta última gira ha sido un encuentro buscado por ambas partes, una especie de regalo de cumpleaños a las dos bandas, de ida y vuelta.

¿Qué tiene que tener una banda para que os interese traerla?

Un qué. Un propósito. Una intención. Algo que, de algún modo, consiga que al poner sus canciones en la balanza se mueva la aguja. Y que se mueva porque (al menos para nosotros) son grupos lo suficientemente consistentes como para dejar poso.

¿Habéis notado una caída en la venta de entradas estos últimos años?

En los discos sí. Y de manera notoria, por eso hemos dejado bastante de lado nuestra labor como discográfica. En los conciertos ahora nos va bastante bien, solo hay que mirar la agenda de nuestra web, muy nutrida; así que para qué soltar ahora un rollo de falsa humildad. Pero vamos, que es un campo que hemos arado empujando mucho al mulo, ni que sea para que así pedruscos como ese del 21 % del IVA puedan apartarse un poco o romperse en trozos pequeños. Con impuestos así de cabrones, o el mulo empuja mucho, o el arado poco avanza.

Tiráis mucho a bandas internacionales, y no pequeñas, precisamente. ¿Cuál es su predisposición a venir a Barcelona? ¿Es fácil traerlas?

A Barcelona quieren venir casi todas las bandas, Gaudí ha hecho un buen trabajo promocional. Sin embargo, no es una ciudad fácil para según qué conciertos. Es cara, junto a Madrid la que más de España, como todos sabemos. Pero en la ciudad del oso y el madroño, generalizando, montas un concierto y vendes un tercio más de entradas y tienes un tercio menos de peticiones para la lista de invitados o acreditados que en Barcelona. No sabemos qué tendrá que ver Gaudí con eso, pero es lo que hay y lo tenemos más que comprobado.

De vuestros 15 años de historia, ¿de qué concierto guardáis el mejor recuerdo?

Habría muchos que enumerar. Cada componente de la empresa tendrá el suyo. En mi caso, recuerdo ahora el debut de Will Johnson (Centro-matic, South San Gabriel) en Barcelona. Él solo, en Sidecar. Ciertamente, fue casi en solitario, pues no éramos más de quince personas. Pero él se exprimió, con esa voz de ángel roto, que encaja tan bien en iglesias vacías. Pienso en otro bien especial, el de la Undertow Orchestra en Zaragoza. Aquella noche, en la cena previa a la actuación, Vic Chesnutt bebió bastante vino (de la casa, el del menú del hotel) y comió carne tras años sin hacerlo (o eso me aseguraba David Bazan). Subió al escenario con una motivación especial. Estaba raro. Con mucho extra de emoción. Pelos de punta. Mark Eitzel lloró mucho.

¿Nos contáis un sueño?

Suena el teléfono. Es Bob Dylan. En persona. Nos habla y se le entiende. “Charlemos sobre negocios”, dice, “os conozco y os lo voy a poner muy fácil”.

¿Y un secreto?

Vamos a sacar en marzo el LP de debut de Eagulls, jóvenes rocosos y currantes que huelen a piedra y a punk. Son de la ciudad de Leeds. Pero no se lo digáis a nadie.