La vida en el campo está en auge. Numerosas revistas y libros brotan como hongos y elogian la vida idílica y natural lejos de la gran ciudad; muchos sueñan con un hogar lejos del ajetreo y el bullicio. El hecho de que la vida puede estar lejos de cualquier ajetreo, pero también bastante diferente, muestra a la joven autora Alina Herbing muy convincente en su primer libro, Nadie con los terneros. Christin, de unos 20 años, está insatisfecha con la situación de su vida actual, se siente incómoda en la corte de los padres de su amigo Jan. Ella siempre soñaba con vivir en una gran ciudad, tener un trabajo en una oficina y disfrutar de la vida. En cambio ella vive en el desierto de Mecklenburg-Vorpommern, sin una educación completa. Se siente como que gira en la rueda de un hámster, que nunca podrá escapar de allí. Vive con su novio, quien administra una granja lechera junto con su padre, que no está contento con la elección de su hijo. A Christin no le interesan las vacas, ni el trabajo de la granja. Sueña tomar un capuchino a la hora del almuerzo y salir con un bonito vestido por la noche. Pero en Shattin, donde vive, eso es impensable.
Christin proviene de circunstancias difíciles, su padre es alcohólico y vive como última inquilina en un bloque de pisos que se modernizará. La relación con su amigo de mucho tiempo, Jan, es más una reunión de conveniencia. Quiere alejarse del pueblo y vestirse adecuadamente, una ropa y estilo que llame la atención. Jan es terriblemente celoso y la controla constantemente, las peleas son continuas, y el padre siempre está por medio. Él ve su herencia en peligro. Cuando se encuentra con el ingeniero de energía eólica Klaus, ve en él un atisbo de esperanza para escapar y comienza un juego de escondite y búsqueda de mentiras y secretos. Al principio piensas que Christin es una persona antipática, pero poco a poco cambias de opinión. Su entorno social es curioso, algo intermedio entre el diálogo y la acción. Tres de los amigos de la escuela de Christin han muerto: el abuso del alcohol es algo rutinario, y otros están orgullosos de ese halo de criminalidad que se respira.
Es un libro grande y terrible a la vez, que nos muestra un mundo que existe aquí, con nosotros. No está tan lejos, aunque rara vez nos demos cuenta. Deseando que llegue el próximo libro de este gran autora.
Traducción: Claudia Toda Castán