¿Quién eres y a qué te dedicas?
Nerea Nara es mi nombre artístico. En la elección de como nos presentamos ante el mundo hay una declaración de intenciones… En este caso, selecciono de la realidad lo que me interesa enfatizar, de la misma forma que encuadro con la cámara. Nerea es mi segundo nombre, y Nara mi tercer apellido.
Me dedico a la fotografía y trabajo también en una Asociación Cultural en Francia.
¿Cuál es la idea de tus portadas?
Reflejar un estado emocional a través del entorno. Cada vez veo menos diferencia entre el adentro y el afuera; si algo capta mi atención en el paisaje, es porque una emoción se ha activado en mi interior al observarlo. De igual manera, en función de un estado de animo, voy a fijar mi atención en un espacio, y no en otro…
En esta serie de portadas fotografío el lago Leman, entre Francia y Suiza, que observo cada día desde hace tres años. Lo cierto es que cuando llegue aquí estaba peleada con el lago. Yo me había acostumbrado a relajar la mirada en el océano, el horizonte azul que se fusionaba con el cielo me serenaba profundamente. Y sin embargo aquí, al buscar esa misma sensación al mirar el lago, en lugar del horizonte abierto encontraba las montañas tras la línea del agua, y eso me molestaba muchísimo. Comparaba al lago con el mar, y éste salía perdiendo. Un día, cuando acepté plenamente la decisión de establecerme aquí, dejé de mirar el lago esperando que me produjera el mismo efecto que el océano. Entonces sentí que lo veía por primera vez; fue como si, al sentirse reconocido, el lago se revelara en todo su esplendor. Me di cuenta de que la infinitud se encontraba en sus colores siempre cambiantes, en función del clima y del viento… Vaya, que me enamoré.
¿Cuáles son tus influencias?
Todo me influye, y todo me inspira. El clima, lo que escucho, lo que leo, lo que como, lo que transito, lo que siento… me cuesta limitarme a citar a autores como referencias.
¿Tu lugar favorito de Barcelona?
El Raval, o al menos como lo recuerdo… En mi post adolescencia me fascinó En Construcción, de José Luis Guerín. La primera vez que estuve en Barcelona fui directa al barrio, me sentí como si estuviera dentro de su película.
Un libro que te haya marcado mucho.
El niño que amaba sus pies de pato, de Ana Planella. Lo leí también en mi primer viaje a Barcelona, por cierto. Fue un regalo especial de su hijo, que me hizo en la galería H20.
¿Proyectos de futuro?
Estoy trabajando en una obra que será expuesta en una exposición colectiva que inauguramos en febrero, Regarts sur l’egalité, en el Forum de Lausanne en Suiza, cuya temática es la igualdad de género. En esta reflexión visual propongo la empatía como toma de consciencia y punto de partida hacia la igualdad.