Sueños y secretos de… Albert M. (Lester) y Carles G. (bRUNA)

Junto a Albert Salinas (Wooky), dirigen la primera edición del Lapsus Festival los días 4 y 5 de abril en el CCCB. Creativos pero sin humos, hiperactivos pero con pies de plomo, en la onda pero currando como los que más, conocerles me confirma que la gente directa, sin vergüenza ni media tontería es la que termina por llevar a buen puerto sus proyectos.

bRUNA, Lester, el programa deCatalunya Ràdio, el sello discográfico, ahora el festival… ¿Vuestras novias os ven el pelo?
Albert – No. Las respectivas tienen una paciencia de santo. Es complicado y… ¡gracias desde aquí!
¿Cómo os conocisteis?
Albert – Conocí a Albert Wooky porque trabajaba en el CD Drom de Valldonzella. Yo era asiduo y, a lo tonto a lo tonto, acabamos montando un concierto juntos. Él ya hacía promociones, yo hacía conciertos y dijimos: “a ese artista que nunca han traído, ¿por qué no lo traemos nosotros?”. Luego montamos el Festival Mira con otros compañeros, fuimos fundadores y directores hasta la segunda edición, y ahí se incorporó Carles.
Carles – Me contrataron para actuar en la segunda edición del festival Mira. Entre bambalinas hubo muy buen rollo y me ofrecí para lo que necesitaran.
Albert – No, no, ¡diles la frase!
Carles – “Aunque sea para llevar cafés”. Ja, ja, ja. Así que empecé a trabajar con ellos en el Mira, pero por desavenencias internas con el resto del equipo…
Pero vosotros 3 siempre habéis ido a una…
Carles – Es que entre nosotros todo es fácil.
Aunque alguien me ha explicado que sois muy distintos entre vosotros. ¿Eso es bueno?
Carles – ¡Y necesario!
Albert – No solo somos distintos en la forma de ser y actuar, sino en la música que nos gusta. Todos confluimos en la electrónica pero venimos de aproximaciones muy distintas. Y eso le da mucho carácter al cartel.
¿Y por qué la electrónica por encima de otras músicas?
Carles – Por la innovación. Es música que nace de cero. Un productor cuando está en su casa es la batería, el bajo, la sección de cuerda, es el cantante y, en ocasiones, hasta el editor. Aporta mucha creatividad a la manera de trabajar.
Albert – Pasamos del concepto de “hombre orquesta” al de “hombre industria”.
¿Qué falta hacía un festival como el Lapsus en Barcelona?
Albert – Hombre, falta-falta no hacía. Estamos en una ciudad con una oferta cultural muy grande,  lo más gordo está aquí. Nosotros no pretendemos inventar nada sino darle nuestro punto, aportar nuestro granito de arena con propuestas pequeñas hechas con gusto y cariño.
Carles – Con más nombres a descubrir que nombres consagrados. Y con aforo muy limitado. El recinto es muy cómodo, y no va a haber aglomeraciones ni ese punto de agobio.
¿Cuánta gente cabe en la sala?
Albert – Caben 1.000 pero meteremos a 600.
¿Y eso es porque creéis que no hay más gente con “buen paladar” o porque, al ser la primera edición, estáis tanteando terreno en cuanto a afluencia de público? 
Carles – No, no es falta de público objetivo. De hecho nos sorprendimos porque los nombres más pequeños fueron los más celebrados. 1991, por ejemplo, que es un chico sueco que en teoría conocemos cuatro, fue colgar su nombre y en seguida nos llegaron mensajes muy efusivos tipo: “¡Hostiaaaa, viene 1991!”.
Albert – Sí, hasta había preocupación. La gente se decía: “el disco es tan perfecto que a ver si en directo me van a decepcionar”. Y tú piensas: “Joder, ¡el cabrón se los ha mamado!”. Ja, ja, ja.
Y de todos los nombres del cartel, ¿cuál es el que os ha costado más traer, o el más caro, o el que os hace más ilusión? En definitiva, ¿cuál es el que no nos tenemos que perder?
Albert – Yo creo que lo que mola es el bloque. Ha sido muy difícil traer un cartel tan desconocido y a la vez de tanta calidad, y que engrana tan bien que casi funcionará como una sesión de disc-jockey.
Carles –  Bueno, Fennesz, un señor consolidado en la escena mundial, estrena trabajo y lo hará en nuestro festival en primicia europea.
Ahora se habla mucho de que Barcelona está resurgiendo en cuanto a panorama electrónico. ¿Vosotros lo notáis?
Albert – No hay más que ver los artistazos que están saliendo de aquí, como Alizzz (Cristian Quitante), un chico de Castelldefels que acaba de fichar por Diplo y lo lleva el manager de Duft Punk. Se fue a New York y a Philadelphia y lo petó.
Carles – ¡De Castelldefels, al mundo!
Albert – O Sau Poler (Pau Soler), “el Four Tet de Badalona”, que ya está en manos de sellos grandes y…
Carles – Creo que no le gusta que le llamen así.
Albert – ¡A tomar por culo! ¡Si lo llaman así! Es un nombre que sacó un amigo nuestro. Nos dijo: “¿No lo habéis oído? Es como el Four Tet de Badalona”. Y lo fuimos a ver a un bar de Gràcia y nos moló mucho y… lo del Four Tet fue calando.
¿Qué sueño personal veis cumplido con el Lapsus a punto de ver la luz?
Carles – Para mí, entrar en contacto directo con gente a la que hemos admirado y de la que tenemos discos en casa.
¡Pero si tú ya tenías acceso a ellos, en tus bolos como bRUNA!
Carles – No, pero no es tan directo. Si te encuentras entre bambalinas, como artista, es más un “hola, hola, qué hay, qué hay”. Pero la relación que estamos estableciendo ahora con los artistas va mucho más allá. Hay un interés que traspasa lo profesional y entra en lo personal. Etch o Dalhouse, gente muy importante dentro de su esfera, pues están teniendo una respuesta muy cálida. Y los Jensen Sportag ya están empezando a bromear con nosotros. Tener esa relación con ellos es…
Albert – Para mí lo mejor es haber construido el equipo que tenemos ahora. Somos muy pocas piezas, muy “pepino” todas cada una en su área, que curran lo indecible: producción artística, booking, comunicación, producción técnica… Y encima es que lo viven. Así le puedes echar mil horas pero luego cuando lo ves ahí, todo funcionando, se te pone la piel de gallina y casi te entran ganas de llorar. Además, trabajar en un negocio en el que tu curro sea hacer disfrutar a la gente es increíble. Quizá porque nuestro background es justo lo contrario.
¿Cómo, cómo es eso?
Albert – Él es abogado laboralista y yo gestiono redes de perito de una compañía de seguros. Si no, no iría vestido así, ¡te lo aseguro!
Vosotros que sois hombres con experiencia, como artistas y en festivales anteriores… ¿Qué errores no vais a volver a cometer?
Carles – A mí esta vez me gustaría, en la medida de lo posible, no estar ahí detrás, coordinando, preocupado, sino llegar a ese punto de “felicidad zen” en que todo funciona y tú tienes la capacidad de disfrutar, aunque sea diez minutos.
Albert – Hay una ley que dice que tu propio festival no lo ves nunca…
Carles – Es una ley universal. En el último festival que montamos Carles y yo, no vimos ni un bolo. De veintitantos, cero. Luego lees las críticas en prensa y dices: “Mira, parece que salió bien”.
Y lo último que os pido: contadnos un secreto.
Carles – Te vamos a dar una primicia: nosotros, los 3 directores, seremos la primera actuación del festival. Nos da siempre mucha pena el artista que tiene que romper el hielo, y así de paso ejercemos de anfitriones.
Albert – Además, Alfons de prensa nos ha hecho prometer que no diríamos la palabra “Youporn” durante la entrevista. ¡Ay! Ya la he dicho. Alfons, ¡ho sentooo!

Entrevista de Ana Portolés
Foto de Teresa Belaire