Sueños y secretos de… Luis Bustos

Luis dejó de dibujar en El Jueves la misma semana en que abdicó el rey. Él y un buen puñado de sus compañeros decidieron que esta portada sería la última que les iban a vetar y crearon Orgullo y Satisfacción para hacer humor sin cortes para la publicidad. Pero entre chiste y chiste Luis incubaba su segundo “tebeo serio”, Versus (Entrecomics Comics), que esta semana ve la luz en librerías con beneplácito de crítica y afición. Y con esas nos fuimos de cañas, una noche más, solo que esta vez yo como reportera del tres al cuarto y él como dibujante del momento.

¿Y ahora qué te pregunto?
Mientras no me preguntes de boxeo…

Pero si tu cómic va de boxeo.
No. En el relato de Jack London en el que se basa el cómic, el boxeo solo ayuda a explicar una historia que en el fondo va de la vejez y la juventud. Son boxeadores como podrían ser dibujantes de cómics. Todos vemos cómo nos vence el tiempo.

¿Por qué te ha dado ahora por hacer algo tan dramático?
Mi anterior obra, Endurance, era una gesta de superación humana, te dejaba con el pecho henchido. Cinco años después, mi vida era ya más complicada y a nivel social también.

La crisis.
La crisis. Me apetecía una historia más dura.

¿Qué te gustó tanto del relato de London?
“Por un bistec” me fascinó porque era un combate narrado por un boxeador en primera persona y en cuenta atrás, lo que hacía que resultara un relato muy corto. En 10 asaltos todo estaba decidido: o ganaba o perdía. En cuanto lo leí de muy jovencito ya quise hacer algo con él. Se me quedó incrustado en la cabeza.

¿Cuánto te llevó dibujarlo?
En el 2010 empecé a darle vueltas en serio, y en 2012 se lo ofrecí a Entrecomics Comics, una editorial pequeñita y joven pero que trata muy bien el producto, y les encantó. Al final empecé a dibujar a finales de 2013 y acabé a mediados de 2014.

Y esos meses te encerraste a dibujar.
Sí, claro. Piensa que hay mucho de obsesión. Son muchas horas y monetariamente no te compensa. Lo haces porque crees en el proyecto.

16 euros vale el cómic. Es poco, ¿no?
No, no es poco. El problema es que las tiradas que manejamos en España son muy pequeñas, de 1.000, 1.200.

Por lo menos las críticas te dejan por las nubes. ¿Qué te ha gustado más de lo que han escrito?
Me ha gustado que se hayan dado cuenta de que es una obra muy visceral. Yo conozco mis limitaciones como escritor y lo vuelco todo en esa visceralidad.

Porque sabes que es tu punto fuerte.
Claro. A veces la sinceridad es más poderosa y valiosa que una escritura preciosista que luego es vacua, o algo muy intelectual que luego no llega al lector. El armazón de esta historia es básico, simple, pero no endeble. Mira la música tribal: es supersencilla, obsesiva, primitiva y repetitiva. Esa es su fuerza. La gente que entra ahí o en la música electrónica de una rave se siente fascinada por ella, precisamente porque va hacia lo visceral, hacia lo más básico.

¿Cómo hacías para dibujar, a la vez, el humor de “Orgullo…” y la cosa seria de “Versus”?
Es jodido de combinar; son dos tonos muy diferentes. Suerte que la novela gráfica es algo puntual y que en cinco años solo han sido dos libros.

¿Puedes darle a los dos géneros en el mismo día? Porque además tu estilo cambia mucho de uno a otro, que es algo que me flipa.
Sí, pero siempre tengo que tener un punto de ruptura entre uno y otro, que puede ser una ducha, una siesta…

O una birra. Chin-chin.
O una birra. Chin. Y si no, para el día siguiente.

¿Qué vertiente te sale más fácil?
Siempre me han dicho que soy bueno con el humor, y durante muchos años he tratado de demostrarme que también podía contar historias serias, dramáticas. Desde luego, dibujar las 180 páginas de Endurance tuvo mucho de prueba.

¿Tienes la sensación de que te toman más en serio como artista cuando haces historias que no son de risa?
No. Todos sabemos que el humor es el género más serio que existe. La gente valora cada cosa en su punto.

Ya, pero yo decía a nivel de reconocimiento, de premios.
Sí, hay ciertos premios en que se desprecia el humor. De hecho, aún estoy esperando a que a Albert Monteys le den un premio a mejor obra o a mejor dibujante o a mejor guionista, por ejemplo. Peeero…

Y ahora estarás de gira firmando, y pasarás de repente de la encerrona a las tournées.
Sí, y es raro. Porque cuando empieza la promoción de un álbum tú ya estás trabajando en el siguiente, y no tienes tiempo para estar de gira, porque además no te pagan. Pero tal y como está montada la industria tienes que estar de gira, ser pesado en redes sociales, perder amigos que te mutean

Ja, ja. Ya. Y el jueves empiezas: Madrid, Bilbao, Valladolid y de regreso Barcelona. Y a lo mejor Galicia y Zaragoza. ¿Notas diferencias entre las diferentes plazas?
No, no hay diferencias. El cómic es minoritario y se suele vender en las ciudades a un comprador cosmopolita.

¿Qué dirías del estilo de tu dibujo en “Versus”?
Creo que he conseguido una narración sofisticada. A lo largo del libro se cruza un puente entre el clasicismo y la abstracción más vanguardista de las últimas páginas. Y todos los efectos narrativos -uso de la tipografía, forma de los bocadillos, splash page…- están supeditados a la historia. No ha sido “mi estilo es este y lo voy a poner”. Me he follado la línea. Y no lo pongas como titular.

Vaaale. Oye, no sé si sabes que esta charla se va a publicar en una sección que se llama “Sueños y secretos”.
Me priva, me priva.

Pues cuéntanos tu sueño.
Que la vida sea ascendente.

¿Qué vida? ¿La tuya?
Hombre, claro. Va, y la tuya también. Que vaya todo p’arriba.

¿Y un secreto?
Que en el fondo os odio, modernos, aunque más en el fondo aún soy uno de los vuestros.

Luis Bustos presentará Versus el 6 de noviembre a las 19.00 h en la Biblioteca Bonnemaison (c/ San Pere Més Baix, 7). La entrada es libre.

Entrevista por Ana Portolés