Sueños y secretos de… The Walrus Hub

Quedo con Josep Gaspar y Núria Llorca en su propia y flamante galería, Walrus Gallery, ubicada discretamente en Bailén, casi tocando a Diagonal. Tras echar un vistazo a su expo actual, me asomo a la trastienda y los encuentro, cómo no, trabajando. No es casual: si algo caracteriza a “los Walrus” es su incansable capacidad de trabajo, algo que bien les ha valido hacerse un nombre de forma fulminante en el siempre concurrido mundillo del arte barcelonés.

Lleváis apenas dos años en activo y The Walrus Hub empieza a ser un nombre potente en el sector: acabáis de abrir la galería, tenéis vuestra propia revista, no paráis con los eventos…
Pues sí, hemos hecho 40 eventos en el último año, en diferentes salas y diferentes países. En 2013 cogimos una velocidad estridente, porque era el año en que estábamos probando de todo para definirnos y posicionarnos.

¿Dices que habéis hecho eventos en otros países?
Sí, hemos ido a varias ferias y abrimos una galería durante dos días en París, tipo showroom, e hicimos dos eventos allí. Fue muy bien: la prensa nos hizo caso y vino un montón de gente.

¿Qué hacíais antes de montar The Walrus Hub?
Trabajábamos juntos en una consultoría de marketing. Es un mundo muy jodido, todo para ayer, muy estresante… por otra parte, Núria se puso a estudiar Historia del Arte, y cuando volvía de clase hablábamos mucho del tema. Al final decidimos que, si teníamos que estar estresados, que fuera por algo que realmente nos apasionara. Por eso montamos Walrus.

¿Eso ha influido en la dinámica de The Walrus Hub?
Sí, el ritmo frenético de nuestro primer año vino determinado por ese ritmo marketiniano que llevábamos encima. Hacíamos un evento y bombardeábamos las redes, confeccionábamos los eventos con un diseño muy marketiniano… Siempre ha sido nuestro sello: el evento está pensado de arriba abajo, siempre con un logotipo, una marca, y haciendo que el evento sea independiente para poder aplicarlo en cualquier espacio. Como las Cut it Yourself y las Print Wave, por ejemplo.

Porque… ¿qué hacéis exactamente? ¿Organización de eventos? ¿Representación de artistas?
Las dos cosas, aunque después de casi dos años nos hemos decantado por la producción de eventos: nos sentimos más cómodos con ello y tenemos más resultados. Y, bueno, aparte tenemos la revista, The Wall. La intención era crear una plataforma: tener un medio de comunicación, una productora de eventos y una comunidad de artistas y buscar sinergias entre las tres cosas.

Habéis mencionado los resultados. ¿Cómo va? ¿Es económicamente viable el proyecto?
Es un sector muy complicado, pero vas afinando. Vas escaneando el sector en el que estás y descubriendo fórmulas para hacer que sea un negocio rentable. Eso sí, al principio hemos palmado mucha pasta. Ahora, a base de eventos, vamos cubriendo gastos y llevándonos algo. Pero cuesta, cuesta mucho.

¿Cuáles son los mayores retos a los que os enfrentáis en este sentido?
El mayor reto es que la exposición estática a la que siempre hemos estado acostumbrados es un modelo completamente obsoleto, de capa caída. Las galerías de toda la vida están cerrando, la gente no acude a las exposiciones… es un modelo con fecha de caducidad. Nosotros apostamos por crear experiencias. La experiencia siempre vende más. Además, Barcelona es muy de experiencias: prefieres pagar para algo puntual, como un Primavera Sound o un Sónar, en lugar de comprarte una obra para disfrutarla cada día en casa. Eso es así. Nosotros buscamos transformar la exposición clásica en experiencia: por eso siempre tratamos de añadir muchos complementos a las inauguraciones, con música, actividades e interacción con el público. Eso es lo que más nos ha funcionado desde el principio.

¿Con qué tipo de artistas preferís trabajar?
Hemos trabajado mucho con ilustración, pero queremos abarcar más y, de hecho, ya lo estamos haciendo: trabajamos con videoarte y cosas más contemporáneas. No vamos a dejar la ilustración, porque es lo que mueve más gente en Barcelona, pero sí vamos a abrirnos hacia otras disciplinas que nos ayuden más con la experiencia.

¿Por qué funciona tan bien la ilustración en Barcelona?
(Núria) Yo, sinceramente, creo que es una moda. Se ha generado a través de lo fácil, por decirlo de alguna manera. Creo que pasará, como todas las modas, y se quedarán los típicos ilustradores que lo son de verdad. (Josep) Venimos de la decadencia total de la figura del diseñador gráfico, que además tuvo una hiperpoblación hará unos diez años, y con tanta oferta de diseñadores muchos se han tenido que reconvertir: unos a la web, otros a ilustración. El sector está creciendo a una velocidad que no es normal.

¿Es una burbuja?
Exacto, una burbuja. Sin menospreciar lo que hay, evidentemente, pero la situación es esa.

Sobre The Wall, vuestra revista. ¿Qué esperáis de ella?
Es la joya de la corona, la línea de trabajo y negocio que creemos con más futuro. Es una revista digital, en formato page flip, pero ahora le incorporamos además video y audio. Queremos dar la sensación del papel, pero con las ventajas del digital. Trimestralmente hacemos una launch party de presentación, con proyección de la revista. Para la próxima queremos que el contenido de la revista esté también expuesto allí: si por ejemplo tenemos una entrevista con un artista visual, que haya una exposición de ese artista. Y aparte está el blog, que se va actualizando constantemente. Otra característica graciosa es que es multi-idioma: cada artículo está redactado en el idioma de su autor.

Es hora de preguntaros por un sueño.
Poder acabar con el mercado del arte tal y como existe hoy día y transformarlo en algo nuevo.

¿Y un secreto?
El nombre de Walrus viene de cuando trabajábamos en la otra empresa. Cuando estábamos muy estresados, hacíamos ruidos de morsa para relajarnos, así, en plan sonidos guturales.