Matteo Bertozzi ama el Raval. Además de regentar con éxito su particular My Fucking Restaurant (referente del no gluten, Km.0 y SlowFood refinado en la ciudad), Matteo ha decidido abrir Assalto, un bar de vinos nada convencional en pleno Nou de la Rambla. Esta vez rompe con toda atadura en la cocina, y se deja llevar por unos greatest hits mediterráneos en los que nada es lo que parece. Me explico. Sus bravas están cubiertas de Furikake y algas, el steak tartar incluye un pil pil de ostras, la ensaladilla de gamba huye de la mayonesa (substituida por la cremosidad de las verduras), y en su fabuloso falso risotto de setas con trufa solo usa el almidón del arroz. Assalto consigue darle un giro inesperado en cada plato, y hacer que el cliente disfrute del proceso. Hasta con el pan con tomate se atreve darle la vuelta: pan de masa madre de Pa de Kilo que tú mismo untas con una reducción de 12h de tomate.
Platos adictivos y sorprendentes a partes iguales, en los que se reconoce la base española, y te seducen los toques italianos y los acentos asiáticos. Su selección de vinos tiende hacia los naturales, pero no excluye vinos tradicionales interesantes. Se recomienda comer en barra, aunque Assalto también tiene un agradable y más formal comedor en la parte trasera.
Al final Matteo entiende la restauración como esfuerzo, donde cada hora dedicada a una elaboración tiene un impacto en la felicidad del cliente. Y eso se nota en cada plato. Gente como Matteo siguen apostando por el Raval para que vuelva a ser la referencia gastronómica que había sido. Y con su nuevo Assalto consigue que reenamorarse del Raval sea un poco más fácil.
//fotos de Jairón García