Ya es oficial, ha estallado la fiebre por la cerveza artesana. No hay mes que no abra un nuevo bar de craft beer en el Eixample, o Beerxample, como algunos lo empiezan a llamar. A finales de octubre se instaló en la zona el Mikkeller, uno de los más prestigiosos productores de cerveza del norte de Europa. Directos desde Copenhague, la propuesta del Mikkeller no podría ser más simple: una pared con 24 grifos distintos de cerveza, la mayoría producida por ellos mismos. Suficientes grifos para saciar al curioso que se quiere iniciar en el mundo de la cerveza artesana, y de tanta calidad que dejarán satisfecho al más experto. Pero por encima de todo, es el lugar perfecto para ir con amigos y pasarlo bien. El servicio está más que contento de responder cualquier duda que tengas sobre sus cervezas, sé curioso y haz que te descubran cervezas nuevas. El local respira atmósfera escandinava por todos lados. Decorado a base de muebles nórdicos, pósters coloristas, y iluminado con súper buen gusto, el Mikkeller es a la vez moderno y acogedor. A diferencia de otros bares de cerveza que no van más allá de preparar patatas bravas, el Mikkeller ofrece un programa serio de comida para maridar con cada caña. La carne seca -jerk- marinada con cerveza es excepcional, las salchichas y buñuelos de bacalao (pide que te traigan sus tres salsas picantes caseras) no tienen desperdicio. En Estados Unidos el consumo de cerveza artesana ha alcanzado al de cerveza industrial. A este paso en el Eixample lo van a superar con creces. ¡Larga vida a las cañas artesanas!