Bodega 1900

En la bodega 1900 nada es lo que parece. A simple vista da la impresión de ser una nueva taberna que hace un guiño a las de las de toda la vida donde tomarte un vermutito, con sus chips, sus aceitunas y la croqueta o la bomba de rigor. Pero si os fijáis en el detalle de que las fotos que decoran el lugar son del mítico restaurante El Bulli y os chivamos que Albert Adrià está detrás de todo este embrollo, entonces sospecharéis que las patatas no son patatas de bolsa, sino que están cortadas y fritas al momento, y por eso se deshacen en la boca casi antes de pegarles un bocado, y si encima le añades la salsa de vermú, ya no te puedes quitar la sonrisa de la boca hasta pasados unos días. Y, claro, las aceitunas tampoco son de lata, son aceitunas esferificadas, que estallan en el paladar y os auguro que son una de las experiencias gastronómicas más brutales que habréis tenido. Podéis seguir el vermut con mojama, gildas, croquetas y terminarlo con el bocata de mollete de calamares con alioli y salsa kimchi, que es el campeón mundial de los bocatas de calamares, otorgado por unanimidad por todos los comensales de nuestra mesa. La cuenta, como es de esperar, tampoco es como la de una taberna cualquiera, pero si no pedís los platos del día que “pican” más como las gambas, las ostras, o el foie, podéis salir por un precio más razonable. A todo este festival de creatividad, hay que sumarle un equipo que lo da todo para que pases un buen rato, tanto es así que hasta Gorka, uno de los camareros, te canta sin falta la canción de La Bodega para que salgas del lugar tarareando. El horario es ininterrumpido de 13h a 22h, así que en las horas menos concurridas es todavía fácil dar con una mesa. Por cierto: ese día un pajarito llamado Ferrán me contó que tienen en mente poner un restaurante mejicano en sus vidas. Yo ya le estoy dando vueltas a ver como serán los nachos con guacamole y ya se me está haciendo la boca agua…

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