Sant Antoni está on fire. Poco después de la aparición estelar del Federal en Parlament con Borrell, va y abren un bar con terraza con flores, tapas caseras, vermouth para sibaritas, camareros majetes y selección musical hiperdigna en la misma manzana. Fui el domingo por primera vez y os aseguro que, como diría la Esteban, cumple todos los “requesitos”: café del bueno, prensa del día y ese sol entrando por la ventana que es un alegrón. No se me ocurre mejor sitio para llevar al rollo de anoche a desayunar, estar a solas con Bataille y un papel y un boli, o quedar con una amiga para hablar de la última metedura de pata del torpe de su maromo sin caer en el drama. Es curioso como a veces, desde un callejón sin salida (Passatge Calders), una llega a encontrar el camino. Luis, en el fondo ya se me ha pasado. Nos tomamos un café cuando quieras./ Bic Cristal