Es un gusto ver como guisos y platos de cuchara conquistan de nuevo las cartas de esta ciudad. Clásicos como el cap-i-pota viven una segunda juventud gracias a restaurantes como el Buenavista, una casa de comidas con más de cien años de historia que acaba de reabrir sus puertas en Ronda Sant Antoni. El chef Marc Roca (que tanto disfrutamos en el Blau) propone una carta que recupera guisos de toda la vida, platos de la gastronomía más popular que ya dieron fama al Buenavista desde su apertura en 1918. Cocina catalana modernizada que se impulsa en la más absoluta tradición: su sepia con garbanzos y rebozuelos, el cap-i-pota o las albóndigas con setas ya justifican una visita al Buenavista. Los guisos protagonizan la carta acompañados por unas tapas de altura (que buena la tortilla con bacalao al pil pil, o las cigalitas) y unos segundos con un toque de brasa Josper (casi omnipresente en las nuevas aperturas). No soy de postres, pero el flan de huevo de la casa (de consistencia densa, intenso de caramelo) merece un monumento.
El propio Buenavista, reabierto hace apenas 6 meses, ha pasado por una reforma respetuosa con el alma Modernista original pero con un giro contemporáneo y acogedor. Con la intención de recuperar el esplendor gastronómico de la Ronda Sant Antoni, el Buenavista promete dar mucho de qué hablar en su nueva etapa.