A nadie se le escapa que últimamente El Clot está que arde. Un barrio que en otras épocas era poco dado a llamar la atención culinaria (siempre con loables excepciones) ha resurgido como centro de aperturas a tener muy en cuenta. Los creadores del Bar Pimentel han escogido la calle Sèquia Comtal para abrir su segunda casa de tapas. Casa Pepi es un restaurante de los de siempre, donde te tratan bien, corren las cañas frías y la cocina factura de manera sólida tapas sin estridencias.
Uno de esos nuevos bares con vocación de clásico, en el que Josep Maria Ferraz (alias “La Pepi”) te hace sentir de la casa desde el primer minuto. Despístate un segundo y ya te ha apuntado la ensaladilla rusa con piparras, unos huevos rellenos (¿nueva tendencia 2025?), la tortilla abierta de morcilla y piñones o unos reconfortantes callos con garbanzos. Puede que te invite a una croqueta de cecina, a una gilda de anchoa o a una tapita de chips con allioli. Para una segunda visita se quedó el bacalao con samfaina y las albóndigas con ceps, confirmando que, a veces, solo hace falta hacer muy bien lo de toda la vida para tener a la clientela contenta y con ganas de volver.
Eso que parece tan simple, se ha convertido en difícil de encontrar. Vivimos en una ciudad que agradecería muchos más Pimenteles y Pepis, donde impere el cariño hacia la cocina y a los clientes. Algo a lo estábamos acostumbrados los que tenemos una edad, pero que se fue perdiendo por el camino. Vuelve a poner el ojo en el barrio del Clot, puede que acabes en tu próximo bar favorito de la ciudad.
